Control de capitales en Chipre será una medida de duración
Bruselas.- El control de capitales en Chipre para evitar fugas masivas es una medida inédita en la zona euro apenas utilizada en el mundo, salvo casos similares en Islandia y Argentina, pero aunque la Unión Europea (UE) insiste en que es temporal, los analistas advierten que puede durar varios meses, lo que tendría un impacto incierto.
Las restricciones financieras impuestas por las autoridades chipriotas son necesarias en las circunstancias actuales, pero la libertad de movimiento de capitales debe ser restablecida lo antes posible en el interés de la economía chipriota y del mercado de la UE, consideró la Comisión Europea (CE).
Los ahorristas en Chipre podrán retirar máximo 300 euros por día, los pagos y transferencias al extranjero no podrán superar los 5.000 euros por mes y los viajeros solo podrán llevar 1.000 euros en efectivo.
Inicialmente se anunció que la medida duraría cuatro días, pero ayer el canciller chipriota, Ioannis Kasulides, advirtió que las restricciones bancarias podrían levantarse en el plazo de un mes.
El caso argentino e Islandia
Es la primera vez que un país de la Eurozona (formada por 17 miembros) impone restricciones al movimiento de capitales.
En los últimos años, solo Argentina e Islandia tomaron medidas similares. Con el argumento de salvar el sistema bancario, el gobierno del presidente Fernando de la Rúa impuso en 2001 en Argentina un “corralito” que impedía retirar en efectivo más de 250 pesos a la semana ($ 250 dólares).
La falta de dinero provocó la ira de la clase media, que comenzó con los “cacerolazos”, mientras que los ahorristas destrozaban las puertas y vitrinas de los bancos.
La medida aceleró la renuncia de De la Rúa. Posteriormente, Argentina suspendió pagos y devaluó su moneda después de cerca de 11 años de paridad con el dólar.
Justamente esa es una gran diferencia con el caso chipriota, que adoptó en 2008 el euro, una moneda considerada sólida pero que las autoridades chipriotas no pueden manejar a su conveniencia.
Decenas de personas hacían cola ayer frente a los bancos en Chipre en calma, luego de que reabrieran las puertas tras doce días de cierre.
Alan Lemangnen, economista europeo en Natixis, advirtió que el control de capitales se establecerá por un tiempo indeterminado, varios meses, el tiempo que dure la reestructuración del sector bancario chipriota.
“Es difícil establecer con precisión su duración. En Islandia, un mecanismo similar fue decretado en 2008 y aún está en vigor”, recordó Lemangnen. Islandia, otro país insular con un sistema bancario desmesurado, aún tiene controles de capital cinco años después del derrumbe de sus bancos.
El Eurogrupo precisó que esto sería temporal, según las circunstancias, y bajo una estricta vigilancia. La CE recordó que, según los tratados europeos en vigor, ese tipo de controles normalmente contraviene la ley de la UE sobre la libre circulación de capital, con excepción de “algunas circunstancias”.
La situación en Chipre es una de ellas, aclaró la CE. La medida se tomó como parte de un paquete de rescate a Chipre, sellado el lunes pasado, para evitar la fuga de depósitos que suman alrededor de 70.000 millones de euros y de esa cantidad, 24 millones corresponden a Rusia.
Y es que la banca chipriota es siete veces mayor que el Producto Interno Bruto (PIB) del país, de 18.149 millones de euros, es decir, el sistema bancario suma 136.118 millones de euros y se alimenta de capitales extranjeros, especialmente rusos y griegos, gracias a un laxo examen sobre su procedencia y un atractivo fiscal.
El lunes, la zona euro acordó una ayuda de 10.000 millones de euros a Chipre que le evitará la quiebra, pero a cambio la isla mediterránea tendrá que reducir, drásticamente, este sistema financiero e imponer una quita de 40% a los ahorradores con más de 100.000 euros en los dos principales bancos de la isla.
Pese a admitir que la medida es inevitable, los expertos y los inversionistas temen que el control de salidas de capital pueda extenderse de forma indefinida y se replique en otros países europeos.