Contradicciones sobre el estado de Mubarak
El Cairo.-
El ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, se encontraba ayer en estado de coma, en medio de tensiones en el país en torno al próximo jefe del Estado, tras una elección cuyo resultado es aún incierto, y entre intentos de los militares para reafirmar su poder.
El derrocado presidente, de 84 años y que el martes en la noche fue llevado desde una prisión al hospital militar del sur de El Cairo, se encuentra en coma y tuvo que ser conectado a un respirador artificial tras un infarto cerebral, informaron fuentes militares y médicas.
“No está clínicamente muerto” como lo había anunciado la agencia oficial MENA, declaró una fuente médica. “Los médicos tratan de reanimarlo y fue puesto bajo asistencia respiratoria”, según la fuente.
Las informaciones sobre una degradación de la salud de Mubarak se dan en un clima de tensión y de incertidumbres sobre el futuro del país tras la promulgación por la Junta Militar -máxima autoridad provisional del país- de un anexo constitucional que blinda sus poderes y resta prerrogativas al futuro presidente.
En tanto, el islamita Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes, y el militar retirado Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak, cantan victoria en los comicios del domingo pasado ante el silencio de la Comisión Electoral, que sigue examinando las 400 impugnaciones presentadas por los dos candidatos.
Un grupo de jueces independientes, dirigido por el ex presidente de la Unión de Jueces, Zakaria Abdel Aziz, que supervisó las operaciones de voto, atribuyó la victoria a Mursi.