Continúa la búsqueda de los desaparecidos
Equipos de búsqueda y rescate recorren montañas de escombros que días atrás eran casas e intentan dar con cientos de desaparecidos que podrían engrosar la lista de unos 350 muertos por los tornados que borraron poblaciones enteras en el sureste de Estados Unidos.
Hasta el domingo se desconocía el paradero de más de 400 personas en Tuscaloosa, Alabama, y el grado de devastación que muestran algunos sectores hacen temer que muchos cuerpos aún están atrapados bajo las ruinas.
Levantando maderas, pedazos de paredes, troncos de árboles y mirando dentro y debajo de automóviles despedazados, bomberos y expertos con perros rastreadores de cadáveres intentan encontrar posibles nuevas víctimas, o el milagro de algún sobreviviente cinco días después del paso, por la ciudad, de un gigantesco tornado de casi dos kilómetros de ancho.
Una caravana de vehículos en las que viajaban perros enjaulados entraba y salía de los poblados de Holt y Alberta, en las afueras de Tuscaloosa, donde la Policía ha montado varios puestos de control y restringido el paso.
“Estamos rastreando toda la zona. Pasamos de un sector a otro con un grupo de 20 personas y 10 perros”, contó Stuart Samples, de la organización de búsqueda y rescate Alfa, que trabaja con la Policía local. Stuart no dio información de los resultados hasta el momento de la operación de búsqueda de víctimas.
Uno de los miembros del equipo explicó que no se había logrado ubicar a ninguna persona el domingo. La serie de tornados y tormentas que recorrió el sureste de Estados Unidos, la semana pasada, es la peor catástrofe natural que afronta el país desde el huracán Katrina en 2005. Asimismo, es el peor saldo de víctimas de una tormenta desde 1925, cuando una brutal borrasca dejó 747 víctimas mortales en siete estados y el segundo peor del que se tiene constancia en los registros nacionales, que datan de 1680.
En Alabama, el estado más castigado, la lista de fallecidos superaba los 250 y hay unos 2.200 heridos, informó la gobernación. En Tuscaloosa, el punto más afectado por el fenómeno, hay más de mil heridos.
La lista de muertos se extiende a varios estados. En Misisipi, las víctimas sumaban 35 personas, en Tennessee 34, en Georgia 15, en Arkansas 8 y en Virginia 5. Muchos esperan que aunque han transcurrido varios días, aún haya personas con vida entre los escombros.
“Esta operación va a llevar mucho tiempo. Aún no se puede saber ni las víctimas ni la dimensión de los daños. La devastación es inmensa”, aseguró Daphne Hart, portavoz de la Cruz Roja estadounidense que recorría el lugar.
El alcalde de Tuscaloosa, Walt Maddox, quiere creer que las dificultades para comunicarse, por la caída de torres de energía, pueda influir en que no se conozca el paradero de muchas personas.
“Espero que los que están desaparecidos sean personas que no hayan podido ponerse en contacto con otros miembros de sus familias”, expresó Maddox, tras admitir: “Mi sensación es que habrá más víctimas”.
Según cifras del condado, el paso del tornado destruyó más de 5.000 propiedades y afectó a unas 13.000 personas.
En un sector de bajos recursos de la ciudad varias cuadras donde había casas tipo tráiler, mayormente de madera y chapa y montadas sobre pilotes, fueron arrasadas completamente.
Las estructuras de las viviendas y todas las pertenencias, incluso pesados artefactos como heladeras y lavarropas, volaron varios metros y quedaron aplastadas en una masa amorfa de destrucción.
“Este es el auto de mi padrastro”, señaló Justin Boothe, un residente del lugar. El vehículo fue arrastrado 30 metros desde el frente de una casa y terminó aplastado bajo un árbol.
Jerry Johnson abandonó su casa antes de la llegada del tornado y no podía creer lo que observó cuando volvió. Su vivienda y todo lo que había dentro voló hasta la acera de enfrente. En la esquina una gasolinera y un comercio de ramos generales llamado “Lucky Dollar” desaparecieron.
“Era el lugar donde todos compraban en esta zona. Una hora después del tornado vine aquí y le pregunté a un policía: ¿Donde está el Lucky Dollar? ‘Está usted parado encima’, me dijo”.
El hombre comentó que en toda el área había una gran cantidad de árboles, pero ahora no hay ni uno, el terreno está arrasado.