Consejo de Seguridad de la ONU pone fin a su misión de paz en Haití
El retiro en un plazo de seis meses de los cascos azules de Haití muestra los progresos realizados por este país en cuanto a estabilidad política, pero plantea un importante desafío en materia de seguridad
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este jueves la salida en octubre de los contingentes militares de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), como había propuesto el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante la voluntad de Estados Unidos de reducir su contribución presupuestaria con el organismo.
La Minustah fue desplegada en 2004 tras la salida del presidente Jean-Bertrand Aristide, para contener el aumento de la violencia en la capital.
Al haberse creado en un clima de tensión política, la Minustah siempre fue percibida como un ejército de ocupación por los numerosos partidarios del expresidente.
El enojo con las fuerzas internacionales se acentuó cuando surgieron las revelaciones de abusos sexuales por el personal de la misión en Haití. La reputación de la Minustah empeoró aún más en octubre de 2010, cuando cascos azules nepalíes introdujeron una epidemia de cólera en el país, provocando la muerte de más de 9.000 haitianos.
- Policías insuficientes -
Los haitianos son indiferentes, por no decir que están contentos, con el fin de la Minustah, incluso aunque la población exprese su temor de que renazca la inseguridad en la capital.
"Hoy puedo decir a todo el mundo: 'Que no cunda el pánico'", afirmó Michel Ange Gédéon, director general de la Policía Nacional de Haití (PNH), única fuerza del orden que tendrá que garantizar la seguridad del país cuando los cascos azules se vayan.
- Mafia y pobreza -
Ante la anunciada salida de la Minustah, las organizaciones civiles temen que vuelva la politización de la policía nacional.
"Escuchamos muchos rumores sobre la gente del sector mafioso que hay en el entorno del poder y presionan al Ejecutivo para crear desorden en la policía", dice con preocupación Pierre Espérance, director de la principal organización de defensa de los derechos humanos en Haití.
La dirección de la policía quiere conservar su neutralidad, pero pide a las autoridades que respondan a las necesidades de la base de la población para reducir la criminalidad, causada principalmente por la pobreza, según datos policiales.
Cerca del 60% de la población sobrevive con menos de dos dólares diarios, y el devastador paso del huracán Matthew, en octubre, que causó daños por un valor de más de 2.000 millones de dólares, mató cualquier esperanza de una recuperación económica por la agricultura. (I)