El Secretario está acusado de corrupción
Congreso de Perú censura a ministro de Educación
Tal como se preveía, la censura en contra de Jaime Saavedra, ministro de Educación de Perú, impulsada por la bancada fujimorista en el Congreso se materializó ayer; 72 votos bastaron para aprobar la acusación de “inacción frente a actos de corrupción” con la que el fujimorismo justificó esta censura.
Además de la bancada, liderada por Keiko Fujimori -de mayoría en el pleno- los congresistas del Partido Aprista Peruano (APRA), encabezado por Alan García, sumaron sus votos al rechazo de Saavedra.
De nada sirvió la multitudinaria marcha -unas 15.000 personas aproximadamente- que la noche del pasado lunes se tomó las calles céntricas de Lima para exigirle al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski acciones oportunas para defender a Saavedra y los aportes que realizó desde el Ministerio de Educación. El secretario está acusado de la compra irregular de computadoras para colegios.
Kuczynski, quien aún no supera los cinco meses de gestión, respondió el martes pasado esa petición multitudinaria en un mensaje a la nación. En este, el presidente reiteró su confianza y respaldo irrestricto para Saavedra, al tiempo que invocó a la oposición, el fujimorismo en pleno, a reconsiderar la moción de censura en favor del desarrollo del país.
En esta alocución, además, Kuczynski dejó en claro que su gobierno no presentaría la moción de confianza como estrategia para defender a Saavedra. Por esta vía, el Congreso debería aprobar, una vez más, a todos los ministros de Estado y, en caso de no hacerlo, el presidente tendría la potestad de disolver el Parlamento y convocar inmediatamente a elecciones para formar un nuevo Congreso.
Con esos antecedentes se esperaba que Saavedra fuera censurado en la reunión pactada para ayer. Informado de los resultados de la votación, Saavedra, quien cumple agenda de trabajo en la región Ayacucho, respondió que acogerá el dictamen del Parlamento.
De acuerdo con la ley, Saavedra tiene 72 horas para presentar su renuncia y apartarse de la cartera que dirige hace tres años. (I)