La confesión de exasesor aviva debate del juicio político a Trump
La confesión de Michael Cohen, quien se declaró culpable de cometer fraude electoral en la campaña de Donald Trump, resultó un golpe para el mandatario estadounidense. No obstante, analistas y legisladores estiman que estas afirmaciones no tendrían consecuencias legales para el presidente ya que posee inmunidad.
Cohen, que fue su abogado por una década, declaró ante un juez que Trump le ordenó usar dinero de su promoción para pagos a la exactriz porno Stormy Daniels y la modelo de Playboy Karen McDougal, para evitar que revelaran supuestos encuentros sexuales, en violación de ley de finanzas de campaña.
En el marco de un acuerdo con la fiscalía, Cohen afirmó que actuó “en coordinación y bajo la dirección de un candidato a un cargo federal”.
“Tuve esta conducta con el propósito de influir en las elecciones”, aseguró al juez.
Cohen se declaró culpable ante una corte de Nueva York de cinco delitos de evasión fiscal de 2012 a 2016, uno de fraude bancario y dos de violación de la ley de financiación de las campañas.
Por otra parte, en Alexandria, cerca de Washington, un jurado halló a Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, culpable de ocho cargos, incluidos fraude bancario, evasión fiscal y omisión de declarar cuentas bancarias extranjeras.
Trump acusó a Cohen de “inventar historias” para lograr una menor condena.
La afirmación tan explosiva de Cohen contra cualquiera que no sea el presidente, sugeriría un caso criminal, pero bajo interpretaciones legales del Departamento de Justicia: “el presidente no puede ser acusado de un delito”, destaca el diario The Washington Post.
Para el analista Joseph Malouf, esta denuncia sería suficiente para que la Cámara Baja analice si Trump participó en una conspiración para cometer fraude electoral. Pero esta posibilidad también resulta improbable dado que el Congreso cuenta con mayoría republicana, que difícilmente se decida a destituir a su presidente.