La campaña electoral para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de este domingo entró en su recta final en Argentina con denuncias de “campañas sucias”, acusaciones cruzadas y un amplio favoritismo del candidato presidencial único del oficialista Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli.

Las primarias elegirán a los distintos candidatos a presidente, gobernadores de varias provincias, legisladores y hasta postulantes al Parlasur. El ‘kirchnerismo’ decidió encolumnarse unido detrás de la figura del gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires. El sector más duro del gobierno lo veía con suma desconfianza por su origen ‘menemista’ y su postura y discurso moderados.  A pesar de ello, Scioli terminó por decantar el apoyo oficialista por su popularidad en los espacios independientes afines a las políticas de inclusión social y el rol activo del Estado.

“Scioli entra en la semana final de la campaña para las PASO buscando mostrarse moderado en lo ideológico y con condiciones de dar gobernabilidad al país”, dice el analista político Rosendo Fraga, director del centro de estudios para una Nueva Mayoría.

Según distintos sondeos, Scioli oscila entre el 36% y 41% de respaldo, con una ventaja de entre 3,8 y 5,8 puntos sobre los 3 candidatos juntos de la alianza Cambiemos que integran el alcalde derechista de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; la diputada Elisa Lilita Carrió y el senador Ernesto Sanz, del ala más conservadora de la Unión Cívica Radical. Macri es el amplio favorito de esta elección interna en la coalición opositora oscilando entre el 25% y el 30% en promedio del total de votos.

“No cabe duda que (Scioli) será la primera minoría: cuanto más se acerque al 40% y mayor sea su diferencia sobre la alianza que lidera Macri, más fuerte será su triunfo electoral”, afirma Fraga. 

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Y agrega: “si la suma de (de votos de los tres postulantes de)  Cambiemos queda a 5 puntos o menos de Scioli, Macri logrará hacer creíble que en octubre puede haber segunda vuelta, lo que resulta vital para su esfuerzo político entre agosto y octubre. Si la diferencia es mayor, le será más difícil imponer esta perspectiva”.  

En las elecciones presidenciales de octubre ganará quien obtenga al menos el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo más votado, según prevé la Constitución.

Las PASO funcionan en la práctica como un gran sondeo a cielo abierto de cara a las elecciones generales. Además de dirimir los candidatos presidenciales y a los demás cargos electivos, cada partido o alianza debe alcanzar un piso de 1,5% para participar en los comicios de octubre.

La otra interna de peso es la del peronismo renovador nucleado en el frente por Una Nueva Argentina (UNA). Allí el favorito es el diputado y exjefe de gabinete Sergio Massa por sobre el gobernador de la provincia de Córdoba (centro),  José Manuel de la Sota. Entre ambos reúnen poco menos del 20% de los votos totales, según el promedio de varias encuestas.

“Massa y De la Sota se consolidan como tercera fuerza y resisten con éxito la polarización, mientras buscan quedar a pocos puntos de Macri, lo que hoy no parece fácil”, dice Fraga.

Otras internas serán la de la izquierda radical, que aspira a sobrepasar el piso de votos exigido y la del espacio Progresistas (centroizquierda) que tendrá como candidata única a la legisladora Margarita Stolbizer y que no sobrepasa el 4% en los sondeos.

La recta final pre-electoral se caracteriza por denuncias de ‘campañas sucias’ como las que involucró al jefe de gabinete, Aníbal Fernández, favorito en la interna ‘kirchnerista’ para la gobernación de Buenos Aires, acusado de narcotraficante en un informe del programa “Periodismo para Todos” que conduce el periodista estrella del opositor Grupo Clarín, Jorge Lanata.

Lanata entrevistó en prisión a Martín Lanatta (de apellido similar pero sin parentesco), detenido en una causa por un triple crimen cometido en el año 2011 en el marco de un caso por contrabando de efedrina para la producción de drogas sintéticas. Lanatta señaló a Fernández como autor ideológico de esos asesinatos y lo identificó con el alias de la ‘morsa’.

Pero su propio abogado,  Roberto Casorla Yalet, lo desmintió: “No es cierto lo que dijo. Si bien es verdad que en el juicio se habló de la morsa, está comprobado que esa persona no es Aníbal Fernández”, aseguró.   

Este martes, tras la denuncia y posterior desmentida, fue apedreada la garita de seguridad del edificio donde vive el periodista Lanata, quien afirmó además que encontraron 8 casquillos de calibre 38 en la puerta del edificio. (I)