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Colombianos optimistas por avance del proceso de paz

Colombianos optimistas por avance del proceso de paz
08 de noviembre de 2013 - 00:00

Luego del anuncio hecho por los negociadores del Gobierno y de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sobre el acuerdo alcanzado en el tema de la participación política,   entre la población se empezaba a respirar ayer un aroma de paz, sobre todo entre sectores antagónicos como los líderes políticos y los analistas, pero también entre el pueblo de a pie.

Los colombianos, a través de los medios de comunicación, expresaron su satisfacción por la apertura  de una puerta que puede dar paso a la finalización del conflicto que soportan desde hace casi 50 años.

“El solo anuncio de las FARC de que quieren participar en política y aportarle al país ideas y no balas, nos llena de alegría y satisfacción a las generaciones que solo hemos convivido con la violencia y enterrado a más de un ser querido por culpa del conflicto”, dijo a EL TELÉGRAFO Gabriel Romero, un ingeniero mecánico que ayer caminaba presuroso por la concurrida avenida 26 de Bogotá, que termina en el Aeropuerto Internacional El Dorado.

Uno de los aspectos difíciles de resolver en el conflicto será la reparación a miles de víctimasEsta percepción del ingeniero es la que sienten millones de colombianos que siempre han vivido bajo el miedo, pero que ahora quieren que sus herederos puedan crecer con un país en paz.

Así lo confiesa la sicóloga Beatriz Linares, quien sabe bien la condición de estrés que aqueja a cientos de personas que acuden a su consultorio angustiadas por la incertidumbre de la violencia.

“La violencia que sacude a todas las ciudades envuelve a toda la sociedad y por eso, el anuncio de un acuerdo político con las FARC  ha despertado una esperanza de alivio entre la comunidad. Personalmente siempre he soportado vivir en medio de los muertos ajenos y los propios, pero ahora quiero que mis hijos puedan desarrollarse en otro ambiente, con un cambio de vida que les permita sobresalir sin problemas”, sostiene la profesional.

Por otra parte, también los analistas y líderes políticos expresaron su optimismo para lo que resta de conversaciones y que muy pronto se pueda firmar un acuerdo definitivo entre el Gobierno y los guerrilleros. A esto se añade la decisión del presidente Juan Manuel Santos de no suspender en ningún momento los diálogos de La Habana.

El politólogo y funcionario de la Organización No Gubernamental (ONG)  Vivir, Asdrúbal Ospina, dijo a este diario que “no hay duda de que el cierre del segundo punto de acuerdo sobre la participación política del grupo insurgente, es un argumento de peso para darle rienda suelta al optimismo”.

“Con este punto, los guerrilleros recobran una parte de la credibilidad que han perdido con tantos hechos de violencia, pero también le sirve al Gobierno que ya está pensando en la reelección del presidente Juan Manuel Santos”, añadió.

Por su parte, el presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, estimó que “reconocer la participación política a las FARC, que cuenta con unos 8.000 combatientes, lleva el proceso a un escenario prácticamente casi  irreversible”.

Por su parte el representante a la Cámara, Iván Cepeda, señaló que ojalá estos avances que se logran en La Habana, Cuba, se puedan ver reflejados en una disminución del conflicto en el país. “Este es un acuerdo que se debe valorar en todas sus dimensiones, hay instrumentos y herramientas concretas para ampliar la participación política con seguridad y garantías”, añadió.

A su turno el presidente del Partido de la U, Sergio Díaz-Granados, y cercano al presidente Santos, calificó como un paso decisivo el anuncio hecho por el Gobierno y las FARC. “Una gran mayoría del partido está a favor del proceso que se ha venido añorando desde hace muchos años”, mencionó.

Se vienen temas sensibles

También, el líder político y exmilitante del movimiento rebelde M-19, Antonio Navarro, quien estuvo combatiendo en el monte por muchos años, calificó el acuerdo como “sensato”, “factible” e incluso “modesto”.

“Ningún tema es fácil, el que sigue (narcotráfico) es el menos difícil, hay experiencia en ese punto y se puede llegar más rápido a un acuerdo. Creo que los más complicados son los de víctimas y justicia transicional”, sostuvo Navarro.

A su turno, el expresidente Ernesto Samper indicó que lo logrado en Cuba tiene más contenido de fondo que el que se ha evidenciado. Manifestó que crear circunscripciones especiales, como se prevé en el acuerdo, busca afianzar y enriquecer el escenario político, en especial en las regiones golpeadas por la violencia. “Se está pactando un estatuto de la oposición para que todas las fuerzas tengan garantías, se le está dando legitimidad política a los movimientos sociales para que circunstancias como el paro nacional agrario no termine en rupturas”, señaló.

Víctor G. Ricardo, excomisionado de paz del gobierno del expresidente Andrés Pastrana, aclaró que en este acuerdo  no se está dando cupos,  a través de circunscripciones especiales,  a la cúpula de las FARC sino a los colombianos de las regiones más apartadas que han sufrido en carne propia el conflicto armado”. Así mismo destacó las medidas de seguridad especiales que se pactaron para que no vuelva a ocurrir lo que sucedió con la Unión Patriótica, cuyos miembros fueron asesinados y perseguidos políticos.

El general Juan Pablo Rodríguez, comandante del Ejército Nacional, expresó que ante un eventual acuerdo de paz con la guerrilla, las Fuerzas Militares cumplirán su función y garantizarán la protección de los insurgentes.

La misma línea de respaldo al proceso de paz fue seguida por el Partido Conservador. El senador Hernán Andrade manifestó que “el partido Conservador tiene empuñada la bandera de la paz y la reconciliación”.

De otro lado, el coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild, respaldó la decisión del presidente Juan Manuel Santos de no parar bajo ninguna circunstancia los diálogos de paz.

“Con base en nuestra experiencia internacional y muchas otras situaciones es mejor si se puede continuar, las pausas dan espacio para que crezca la retórica, para que hayan  malos entendidos y para que se alejen las partes”, sostuvo Hochschild.

El presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García, aseveró que el éxito o el fracaso del proceso de paz en Colombia dependen del equilibrio entre la necesidad de poner fin al conflicto armado y hacer justicia. En este sentido, indicó que uno de los aspectos más difíciles de resolver en el conflicto será la reparación a miles de  víctimas.    

El conflicto armado que sufre Colombia, desde casi medio siglo, es el más prolongado de América, y ha dejado un saldo de cientos de miles de muertos y 4,5 millones de personas desplazadas a países vecinos, como Ecuador, por la violencia.

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