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Colombia, medio siglo de violencia pero también de desarrollo
En medio siglo de conflicto armado interno, Colombia ha tenido todos los males que han aparecido en el mundo como violencia, terrorismo, narcotráfico, contrabando, muerte de inocentes, desplazamiento de poblaciones y la indolencia, pero también ha recibido la bonanza del desarrollo económico en los que se inscribe, mejor educación, mayor atención en salud, mejores ingresos, buena inversión y, sobre todo un desarrollo sostenido principalmente en las áreas urbanas.
En medio siglo, el país ha podido soportar todas las consecuencias del conflicto, pero asumiendo todos los riesgos de una nación sometida a la inseguridad. En 1960, el país apenas contaba con pocas carreteras pavimentadas, estaba desarrollando las primeras conexiones entre Bogotá y Barranquilla para implantar el ferrocarril, y el traslado de productos desde la Costa Atlántica hasta el interior del país costaba una fortuna que debía recorrer 1.200 kilómetros.
Casi toda la población del país era rural y el desarrollo de las ciudades apenas se notaba en la capital, Bogotá, en Medellín y en Cali, principalmente. En el ambiente político, Colombia dejaba atrás la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla para repartir el poder entre los partidos políticos, el Liberal y el Conservador, primeros receptores de las protestas de los campesinos y de los grupos guerrilleros que ya se destacaban por sus golpes principalmente en regiones rurales.
En esa partidocracia, Colombia se llenó de ciudadanos. De tener apenas 13 millones de habitantes en 1960, pasó a contar con 48 millones de habitantes. Bogotá que tenía 800 mil habitantes en la década de los 60, hoy tiene casi 8 millones de pobladores.
Sin duda las transformaciones de Colombia de los últimos años, el potencial de su economía y la estabilidad jurídica que ofrece para el capital externo, la han colocado en la mira de inversión extranjera.
Un estudio de la firma británica de consultoría y análisis Oxford Business Group, destaca que Colombia ha vivido “una transformación” en los últimos años y ha dejado de ser un país marcado por la violencia para convertirse en un imán para los inversores extranjeros.
“La visión que ofrece Colombia es mucho más esperanzadora que la de hace veinte o treinta años”, manifestó el editor regional para América Latina de Oxford Business Group, Peter Grimsditch.
En su informe, la firma hace un análisis de los principales sectores económicos del país, como energía, minería, finanzas, industria, turismo, transportes, infraestructura, tecnologías de la información y bienes raíces, y concluye que a pesar de los efectos colaterales de la crisis mundial, el país está entre los más atractivos para invertir.
Prueba de ello, según Grimsditch, es que el banco HSBC situó recientemente a Colombia entre las seis economías emergentes más llamativas para los inversores en todo el mundo, algo que, dijo, habría sido “impensable” hace 50 años.
Por otra parte, la canciller María Ángela Holguín afirma que “hoy el mundo mira a Colombia con otros ojos”, destacando indicadores como la solidez de la economía del país, la baja inflación, el déficit público controlado y las calificaciones positivas recibidas por las agencias de clasificación de riesgo.
En ese sentido, el informe destaca que en la última década el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia creció en promedio casi el 6% y hasta en 2009, su año más flojo, la expansión fue del 1,9%. “Muchos países en Europa hubieran querido tener ese crecimiento”, manifestó Grimsditch, quien agregó que “la mayoría de Europa envidia” también la tendencia decreciente de la deuda pública colombiana, que equivale al 38 % del PIB.
Grimsditch subrayó cinco ventajas competitivas para la inversión que tiene Colombia, como son su “ambición de abrir nuevos mercados” mediante los Tratados de Libre Comercio, los abundantes recursos naturales, el reforzamiento en 2012 de su política fiscal, el crecimiento de la inversión extranjera directa y el potencial de grandes ciudades como Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, además de Bogotá.
La canciller manifestó que a la luz de estos datos, “se ve un potencial inmenso para Colombia”, cuyo “único punto negro es el conflicto armado” interno al que el Gobierno espera poner fin con las negociaciones de paz que se realizan en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según dijo Holguín, si termina el conflicto armado, “recursos que ahora se invierten en defensa, en seguridad, seguramente irán a otros sectores” como la agricultura o la educación.
Sin embargo y a pesar de los progresos de Colombia, no todo es encantador pues hay retos que el país debe asumir en varias áreas.
“Lo interesante es la solución que se puede dar a esos desafíos, dijo el experto, quien señaló como puntos a mejorar la desigualdad social, la economía informal, la inseguridad en áreas rurales, las deficiencias en infraestructura y falta de competitividad de la agricultura y la industria manufacturera”.
Otro elemento de inestabilidad son las sucesivas huelgas de sectores agropecuarios que han bloqueado numerosas carreteras del país para exigir soluciones a la crisis de productividad, que achacan en parte a las importaciones de productos agrícolas, al alto costo de los combustibles y la falta de créditos e incentivos para el campo.
Según el informe, la solución puede englobarse en más inversiones en infraestructura y en educación, dos elementos clave para el desarrollo.