Otros 385 sitios del vecino país están en riesgo de desastres, según estudios
Colombia busca culpables de la tragedia en Mocoa
Colombia aceleraba ayer las tareas de recuperación en Mocoa, arrasada por un alud que causó la muerte a 290 personas, mientras los órganos de control investigan si las autoridades locales omitieron labores de prevención y pueden tener parte de culpa en la tragedia.
La ciudad colombiana, enclavada en la Amazonía, se despertó ayer con el movimiento de camiones y maquinaria que removía tierra en busca de supervivientes de una tragedia que dejó 332 heridos, además de un número indeterminado de desaparecidos.
Según cálculos extraoficiales, unas 80 personas desaparecieron durante el desastre.
Más de 340 socorristas exploran lugares en los que se cree puede haber cuerpos, aunque muchas veces se retiran prontamente vencidos por el lodo y las piedras, a la espera de que lleguen las máquinas a darles una mano.
De acuerdo con el ministro de Defensa y gerente de la reconstrucción, Luis Carlos Villegas, son aproximadamente 2.800 personas -unas 500 a 600 familias- las damnificadas por la tragedia. Todas ellas están en cinco albergues.
El Gobierno realiza campañas de vacunación mientras, entre los escombros, la ciudad resucita. Se ve gente cocinando a leña en algunas esquinas, casas iluminándose con velas al caer la noche, además de camiones con agua potable yendo y viniendo.
Por momentos pasan camionetas que anuncian ayuda para animales heridos o que quedaron abandonados tras la avalancha.
Hay quienes aún abrigan la esperanza de encontrar a un familiar perdido tras el alud. La Cruz Roja colombiana reporta 341 casos de personas que buscan a sus seres queridos.
A la par de los esfuerzos para levantar la ciudad y encontrar desaparecidos, las autoridades emprendieron otra búsqueda: la de justicia.
“Hay que establecer responsabilidades (...). Pero no es el tema represivo, es el tema preventivo. De qué valen todas las sanciones que se impongan ahora, frente a 260, 270 muertos”, dijo el contralor general, Edgardo Maya, cuya entidad -que vigila la gestión fiscal y el manejo del erario- investigará posibles responsabilidades de funcionarios en esta tragedia.
Por su parte, la Fiscalía tiene previsto citar al actual alcalde de Mocoa, José Antonio Castro, y a la gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca, así como a sus antecesores, según versiones de prensa.
El fin de semana, el ente acusador ya había informado de la apertura de investigaciones para establecer si las autoridades locales y nacionales “cumplieron con la responsabilidad” de tomar medidas preventivas y correctivas ante tragedias originadas por la temporada de lluvias.
En tanto, la Procuraduría, que indaga las irregularidades cometidas por funcionarios públicos, hizo un llamado para que se adopten medidas urgentes que puedan prevenir tragedias como la de Mocoa.
Cientos de personas reciben la ayuda en los albergues, pero otro tanto prefiere hacer guardia en sus derruidas viviendas para evitar el robo de lo poco que les quedó.
“Al otro día del alud alcanzamos a sacar cosas, cuando volvimos por la tarde ya habían arrasado con todo los ladrones (...); lo que no hizo la avalancha lo hicieron ellos”, contó Juan Luis Hernández, de 33 años, en el destruido barrio San Miguel.
La comunidad alertó de saqueos en las viviendas abandonadas, por lo que el presiA la salida de los barrios, la Policía ya empezaba a preguntar a quien salía con enseres de dónde eran, en qué parte vivían y buscaban corroborar que las cosas fueran de propiedad de quien las llevaba.
El torrente, que se desató sobre la medianoche del viernes por el desborde de tres ríos tras fuertes precipitaciones, afectó a 45.000 habitantes. En Mocoa viven 70.000 personas, dijo la gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca.
Tragedia puede repetirse
Según estudios, lo de Mocoa podría repetirse en 385 sitios más del país y supera al último gran desastre natural, un deslave en Salgar que mató a 92 personas en mayo de 2015.
“Situaciones de riesgo por lluvias torrenciales o avalanchas se presentan en otras poblaciones del piedemonte en municipios en el centro y sur del país, las cuales se ubican sobre los ápices de los abanicos aluviales de ríos torrenciales que descienden de la cordillera”, explicó el geólogo Germán Vargas, de la Universidad Nacional.
Según el investigador, el desastre en Mocoa “es una situación de ríos de cordillera en valles estrechos de régimen torrencial, en el que se conjugaron las crecientes del río Mocoa, que expandió su cauce activo sobre gran parte de su lecho mayor afectando la parte baja del poblado en su costado oriental y la acción torrencial de dos ríos menores perpendiculares al Mocoa-Mulato, al sur y Sangoyaco, al norte”.
Las pesquisas indicaron que 385 centros urbanos de 2.440 en Colombia están ubicados en las riberas de los ríos y muchos de ellos dentro de los lechos mayores del río o canales de movilidad del cauce. (I)