Bogotá.-

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, mantendrá su plan contra los cultivos ilegales, tras una protesta de campesinos cocaleros que dejó 6 muertos y 19 heridos en la población de Puerto Rico, Tumaco, zona fronteriza con Ecuador.

Mientras el Ejército y la Policía culpan de la violencia a guerrilleros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartaron del proceso de paz, las comunidades campesinas denuncian que uniformados abrieron fuego el jueves contra comuneros que rechazaban la erradicación forzosa de los sembradíos de la materia prima de la cocaína.

Un balance inicial daba cuenta de cuatro fallecidos, pero, según Santos, en el confuso episodio “hay 6 muertos y cerca de 19 heridos”.  

Al lamentar y condenar lo sucedido, Santos apoyó las investigaciones para esclarecer responsabilidades, pero ratificó que el gobierno seguirá con su estrategia contra las drogas que combina los acuerdos de sustitución voluntaria con la erradicación forzosa de cultivos.

Las autoridades afirman que más de 115.000 familias en 13 departamentos están dispuestas a acogerse a los planes de sustitución voluntaria de alrededor de 90.000 hectáreas de coca. Hasta el momento  están implicados en este proceso 21.902 núcleos familiares.

No obstante, este programa no ha logrado frenar el descontento de un sector de la población y muchos campesinos, alentados por el crimen organizado, combaten abiertamente la erradicación de la hoja de coca.

La protesta de los campesinos se realizó en una zona rural del municipio de Tumaco, en el departamento de Nariño, donde se concentra la mayor cantidad de hectáreas sembradas de coca en Colombia, principal exportador mundial de cocaína.

La producción de coca en Colombia aumentó el 52% en 2016, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Es decir, pasó de 96.000 a 146.000 hectáreas, una cifra parecida a la de hace 15 años y el incremento se concentró en Putumayo, Norte de Santander y Nariño. (I)