El gobierno del presidente Mauricio Macri, aquejado por protestas gremiales y un paro docente que mantiene virtualmente paralizado el inicio de clases, afrontará este jueves su primera huelga general en 14 meses de gestión.

La medida de fuerza es convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y secundada por las dos vertientes de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA, de izquierda), en medio de un clima enrarecido por denuncias del gobierno contra lo que llamó las “mafias” del sindicalismo.

Envalentonado por una movilización de respaldo a su gobierno el sábado pasado, Macri dejó de lado su discurso de unidad que venía manteniendo desde la campaña electoral y salió a embestir a la dirigencia sindical.

Primero afirmó que la marcha de apoyo a su gestión se convocó “sin colectivos (ómnibus) ni choripanes (pan con chorizo, un plato típico criollo). Se trató de una polémica alusión a una creencia de ciertos sectores empresariales y de clases acomodadas que atribuyen el éxito de las movilizaciones populares a que sus asistentes son arriados en “colectivos” con la promesa de un pago o la entrega de un “choripán”.

La militancia gremial suele garantizarle el transporte a sus afiliados que concurran a las marchas y hasta una vianda que suele ser un “choripán”. Los gremios financian estos gastos con los aportes de sus afiliados que en su mayoría viven en las periferias. Ningún trabajador está obligado a asociarse a un sindicato.

Pero hubo más: Macri dijo que dará “batalla contra las mafias del sindicalismo” y su ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, afirmó que los dirigentes gremiales “no laburaron (trabajaron en el argot local) nunca”. Según el diario Clarín, afín al gobierno, Macri reunió a su gabinete y expuso: “o los mafiosos van presos o nos voltean”.

Los gremialistas tomaron estas afirmaciones como una declaración de guerra. “Que se coma un choripán. No es ninguna deshonra”, dijo Carlos Acuña, uno de los tres líderes de la CGT. Además le pidió a Macri que denuncie a las “mafias”.

“Lo tiene que denunciar, si las hay. ¿A qué se refiere cuando dice así? Yo creo que las mafias están en el empresariado. Si él dice eso, yo digo que las mafias manejan las economías del país”, sostuvo.

Otro de los líderes de la CGT, Juan Carlos Schmid, recordó que el presidente “ha estado involucrado en escándalos que salpican a su gobierno y que no han dejado en claro el entramado de negocios detrás del Poder Ejecutivo”.

“Hay mucha tela para cortar” en la Casa Rosada, sede de gobierno, con los “negociados de corrupción y penetración de intereses económicos en el ejercicio de la política”, afirmó.

El primer paro contra el gobierno se realiza después de un mes de nutridas movilizaciones populares contra la política económica del gobierno, incluidas varias del gremio docente que este miércoles volvió al paro y se unirá este jueves a la medida de fuerza, paralizando de hecho el inicio de clases que estaba previsto el 6 de marzo. Millones de estudiantes argentinos de escuelas públicas han tenido muy pocos días de clases desde el comienzo del ciclo lectivo.

La medida dispuesta por la CGT no incluirá esta vez una movilización, pero se prevé que su impacto será enorme teniendo en cuenta que todos los gremios de transporte adhirieron a la convocatoria. No habrá ómnibus, trenes ni metro y se estima que tampoco circularán los taxis, después que el líder del sindicato, Omar Viviani, amenazó “con dar vuelta” los autos de alquiler que trabajen ese día. El sindicalista fue llevado a la justicia por esos dichos y debió retractarse. Incluso hay muchas dudas sobre qué sucederá con los vuelos.

La ministra Bullrich adelantó que desplegará fuerzas de seguridad para evitar bloqueos de autopistas y los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires, una práctica habitual de algunas agrupaciones sociales y de izquierda en el marco de huelgas.

“Para nosotros mañana hay un paro en nuestra perspectiva ilegítimo y sin sentido. Hay mucha gente que está planteando de darle batalla a ese paro, una batalla de decir: 'a mí no me van a hacer parar a la fuerza'", enfatizó.

En un año y cuatro meses de gestión, en Argentina aumentó la desocupación la pobreza y la inflación. El paro se realiza a seis meses de unas cruciales elecciones legislativas. (I)