El clan Fujimori camina al cisma por lucha de poder
El fujimorismo, primera fuerza política de Perú, se encamina a sellar su cisma con el empeño de Keiko Fujimori de expulsar del Congreso peruano a su hermano Kenji, lo que conduciría a que ambos se enfrenten en las presidenciales de 2021.
La guerra fratricida resuena como un golpe de martillo y amenaza con provocar un inédito enfrentamiento electoral entre hermanos en esta nación, a pesar de los lamentos del patriarca del clan, el indultado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Kenji quedó el miércoles con un pie fuera del Congreso luego de que una comisión legislativa controlada por el partido Fuerza Popular, que lidera Keiko, aprobara un informe que recomienda su destitución, acusado de comprar votos para evitar la destitución del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
“Lo desafueren o no, Kenji va a ser un candidato potente en 2021”, aseguró el analista Juan Carlos Tafur, columnista del semanario Somos.
El expresidente de ancestros japoneses, próximo a cumplir 80 años, intuye que la ruptura entre su hija mayor y el benjamín del clan tendrá un impacto de insospechadas dimensiones, pero no logra reconciliarlos.
Los analistas vaticinan que Kenji, líder de los “Avengers”, recorrerá Perú para crear un partido político. Los últimos sondeos ubican a Keiko con una popularidad del 21%, frente al 16% de su hermano menor.
“Una eventual candidatura de Kenji, el legislador más votado en las dos últimas elecciones, le va a quitar suficientes votos a Keiko, que ha sido dos veces candidata presidencial”, dice Tafur.
Las aspiraciones de Kenji se frustrarían si el Congreso -controlado por el partido de Keiko- lo inhabilita para postular a cargos públicos durante 10 años, como parte de las sanciones que le imponga.
El Congreso debe aún fijar la fecha en que votará la propuesta de separar a Kenji y a otros dos disidentes del partido de Keiko, y acusarlos ante los tribunales por supuesto cohecho y tráfico de influencias.
La culminación del proceso de fractura en el fujimorismo se remonta a las gestiones para lograr el indulto de Alberto Fujimori.
Keiko se opuso al indulto alegando que el padre era inocente y que debería ser liberado por la justicia sin mediación del Gobierno.
Kenji, de 38 años, batalló sin vacilaciones por el indulto y no dudó en apoyar a Kuczynski, el rival que había derrotado a Keiko en los comicios de 2016. Los críticos de Keiko dicen que ella no quería que su padre saliera libre, pues le podría disputar el control del partido.
Alberto Fujimori pasó los últimos 12 años preso por una condena a 25 por violación de los derechos humanos hasta que en diciembre Kuczynski lo indultó.
En marzo, Kuzcysnki renunció acechado por un escándalo de corrupción y una moción de destitución impulsada por el partido de Keiko en el Congreso.
El futuro del fujimorismo
En el imaginario popular Kenji remite al recuerdo que dejó la gestión de su padre, considerado en sondeos como uno de los presidentes más exitosos de Perú por haber acabado con el terrorismo y la hiperinflación.
“Los fujimoristas jamás le van a perdonar a Keiko que eche a su hermano del Congreso por salvar a su padre de la prisión mediante el indulto”, indicó una fuente de la vieja guardia fujimorista.
Los seguidores de Kenji sostienen que Keiko ha derechizado al partido, que se apartó del fujimorismo histórico al que definen como moderado de derecha.
“Alberto Fujimori es lo suficientemente pragmático para decidir qué candidatura le conviene”, señaló Tafur.
La esperanza del patriarca del clan es que sus hijos dejen de lado sus diferencias y se unan. “En estos momentos hay una división momentánea, espero que se va aclarar. No me siento cómodo, pero tengo la esperanza de que ellos van a llegar al punto de convergencia, como siempre ha sido el fujimorismo”, dijo el expresidente en abril, en sus únicas declaraciones a la prensa sobre el conflicto entre sus hijos. (I)