Cientos de inmigrantes mueren en naufragio
Italia despertó ayer con la noticia de una nueva tragedia ocurrida en aguas de la isla Lampedusa, con el naufragio de una embarcación en la que viajaban cerca de 500 personas y que dejó unas 133 víctimas mortales y 200 desaparecidos.
Durante la jornada, los servicios de socorro rescataron de las aguas del Mediterráneo cuerpos sin vida, que fueron trasladados a los muelles de la isla, mientras que los buzos de la Guardia Costera localizaron entre los restos de la embarcación, que se encuentran a media milla de Lampedusa, decenas de cadáveres.
Según el testimonio de algunos de los 151 supervivientes de la tragedia, que aseguraron ser de nacionalidad eritrea y somalí, la embarcación, que inició su travesía en las costas de Libia, se incendió y terminó volcándose, con lo que los indocumentados cayeron al mar y algunos quedaron atrapados bajo la barcaza.
Algunas reconstrucciones indican que el fuego pudo ser originado por un cortocircuito, mientras que otras señalan que fueron los propios inmigrantes los que decidieran encender un fuego para ser localizados, puesto que no pudieron contactar con los servicios de rescate a través de un teléfono.
Con esta nueva tragedia, por la que Italia decretó hoy día de luto nacional, Lampedusa, considerada como una de las puertas de acceso a Europa por los inmigrantes dada su cercanía a las costas africanas, volvió a ser testigo de una travesía frustrada para aquellos que buscan en el viejo continente un futuro mejor huyendo de los conflictos en sus países.
Los medios de comunicación italianos se hicieron eco de las dramáticas escenas que se vivieron en la isla, donde los cadáveres de los indocumentados se agolpaban en sus muelles, mientras se trataba de dar cobijo a los supervivientes y los equipos de rescate mantenían una actividad frenética para intentar localizar a los desaparecidos.
“No sabemos dónde meter ni a los vivos ni a los muertos”, lamentaba la alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, consciente de que la situación también es dramática en el centro de acogida de la isla, en el que actualmente se alojan 1.350 personas a pesar de que tiene una capacidad para cerca de 300.
La tragedia, en la que murieron dos mujeres embarazadas y tres niños, es la tercera que se registra en pocas semanas y volvió a poner en primer plano los problemas de la inmigración ilegal.
En esta línea se anunciaron asimismo denuncias por omisión de socorro, ante los testimonios que indicaban que tres pesqueros no prestaron ayuda a la embarcación cuando estaba en mar abierto.
En Italia el suceso despertó una fuerte conmoción, y en un momento de plena ebullición política, después de que el primer ministro, Enrico Letta, superara dos mociones de confianza en el Parlamento poniendo fin a una crisis de Gobierno abierta el pasado sábado, la actividad de los dirigentes del país ha quedado en un segundo plano.
Instituciones, políticos y la Comunidad Europea se mostraron consternados por lo sucedido y expresaron de forma unánime sus condolencias, a la vez que pidieron que se ponga freno al continuo drama humano que se vive en las costas del sur de Italia.
Lo sucedido también tuvo una fuerte repercusión más allá de las fronteras italianas con la reacción de representantes europeos y de organismos internacionales, como la del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien aseguró que un drama semejante debe “obligar a que se realicen acciones” concretas.
Asimismo, el papa Francisco, quien dejó claro en varias ocasiones su preocupación por el fenómeno de la inmigración ilegal y que eligió la isla Lampedusa como destino de su primer viaje como pontífice, expresó su pesar por los hechos, que los calificó de “vergüenza”.