El Conicet, con una plantilla de 10.000 investigadores, ajustará el 25% de sus fondos
Científicos argentinos se rebelan contra el ajuste del gobierno de Mauricio Macri
Los científicos argentinos están en pie de guerra contra el gobierno del presidente Mauricio Macri. Un recorte en el presupuesto para el año próximo en un área que fue privilegiada en la última década amenaza con causar una fuga masiva de investigadores al exterior.
“Este recorte afecta el futuro del país. Es un ajuste que amenaza con provocar una nueva fuga de cerebros”, afirmó a EL TELÉGRAFO Rocco Carbone, integrante de la agrupación Científicos Universitarios Autoconvocados.
Esta agrupación, junto a distintos gremios universitarios y asociaciones científicas, realizó el jueves pasado una marcha ante el Congreso para denunciar esta situación bajo el lema ‘No al ajuste’. Unas 5.000 personas respaldaron este reclamo.
El proyecto de ley nacional de presupuesto para 2017 prevé un recorte de casi 0,20 puntos en los fondos para ciencia, tecnología y universidades. Pasará de 0,75% a 0,59%. Pero, ¿qué significa esta merma en términos prácticos? Estarán en peligro programas, becas e investigaciones científicas. Se trata de un recorte de 10.000 millones de pesos ($653 millones).
“El gobierno de la alianza Cambiemos, cuando estaba en campaña, prometió duplicar el presupuesto hasta el 1,5%. Y en cambio, lo recorta. Por ejemplo, los fondos para el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva sufrirán un recorte del 32,5% con 1.000 millones de pesos ($ 65 millones)”.
Carbone, quien trabaja en ese mismo organismo estatal y en la Universidad Nacional de General Sarmiento, en la periferia oeste de la capital, afirma que en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica el recorte es del 32,33% con 410 millones de pesos menos ($ 26 millones). Y en el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas), la entidad más grande en su tipo del país con una plantilla de 10.000 investigadores, el ajuste será del 25%.
La política científica llevada a cabo durante el gobierno kirchnerista se convirtió en un modelo de desarrollo en el país austral que fue aplaudida hasta por la entonces oposición. Incluso, cuando asumió la presidencia, Mauricio Macri ratificó al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que está en el cargo desde 2007, año en que comenzó la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
En la última década se calcula que volvieron al país 1.299 científicos a través de un plan denominado ‘Raíces’, que ofreció programas de repatriación con empleos en el área de investigación bien remunerados. El plan tuvo un gran éxito y derivó en políticas de impulso a un sector olvidado en las últimas décadas, como la creación de Polo Científico Tecnológico. Atrás quedaron épocas oscuras como en los años 90, en pleno auge neoliberal, cuando el entonces superministro de Economía, Domingo Cavallo, mandó a los científicos en una rueda de prensa “a lavar los platos”.
“Macri está poniendo en tela de juicio 10 años de políticas de impulso científico, todo lo que se construyó de manera trabajosa. Es terrible lo que está pasando”. Y agrega: “quieren hacer un país dependiente en materia científica. Las medidas que impulsan buscan que a nivel de ciencia la Argentina sea una colonia. Nosotros vamos a defender la soberanía científica del país. No nos queremos ir al exterior”, dice Carbone, de 40 años y que paradójicamente nació en Consenza, Italia, pero quiere “seguir haciendo ciencia en este país”, donde vive desde hace 13 años.
El ajuste amenaza incluso con crear un cimbronazo en el gabinete de Macri. El ministro Barañao, advirtió ahora que “si los fondos no llegan, va a ser muy difícil que yo continúe. No voy a ser cómplice de la destrucción de algo tan valioso para el país y para mí en lo personal. Mi compromiso es mantener lo que se ha hecho y defender el presupuesto para poder continuarlo”. (I)