China estrena línea de tren de alta velocidad
Pekín.-
China estrenó ayer la línea de alta velocidad más larga del mundo, que une la capital, Pekín, con la ciudad más próspera del extremo sur del país, Cantón, un eje de 2.298 kilómetros.
Sin embargo, la entrada en funcionamiento de esta línea, con la que el gigante asiático se consolida como líder mundial en este tipo de red ferroviaria, ha quedado deslucida por el retraso con el que ha llegado a su destino el tren en su primer viaje.
El tren bala ha llegado con una hora de retraso debido al hielo y la nieve que afectan a los raíles en su tramo más septentrional. Los periodistas informaron que viajaban a bordo del tren, este llegó a la Estación Sur de Pekín a las 18:55 hora local (10:55 GMT) tras nueve horas de viaje, una más de lo previsto.
Debido a las bajas temperaturas en el norte del país (hasta 17 grados bajo cero en Pekín) el tren ralentizó en muchos tramos su velocidad punta de 300 km/h por precaución.
En otros tramos, para intentar compensar la pérdida, el tren aceleró hasta velocidades próximas a los 310 kilómetros por hora. En cambio, el primer tren en destino contrario, de Pekín a Cantón, partió de la capital china una hora antes, a las 09:00 hora local (01:00 GMT), y llegó a su destino sin contratiempos, tras 7 horas y 59 minutos de viaje.
La línea, de 2.298 kilómetros, casi dobla la que hasta ahora tenía el récord mundial en la alta velocidad, los 1.318 kilómetros del ferrocarril Pekín-Shanghái que se inauguró en julio de 2011.
Esa línea también sufrió muchos retrasos en sus primeros días de operaciones, en ocasiones por causas también meteorológicas (las lluvias torrenciales e inundaciones que afectan a China en los meses estivales) pero también porque algunos viajeros fumaron de forma clandestina en los baños, lo que disparó sistemas de seguridad que frenaron el vehículo.
Los trenes más rápidos de la línea Pekín-Cantón cubrirán el trayecto en menos de 8 horas, frente a las 20 que tarda un ferrocarril convencional. Los convoyes realizarán 35 paradas en ciudades intermedias, incluidas las capitales de seis provincias, como Shijiazhuang, Zhengzhou, Wuhan y Changsha, en las que vive la mitad de la población nacional (600 millones de personas).