A inicios de diciembre, China decidió desmantelar su política de ‘cero covid’, lo que, según medios internacionales, provocó una nueva ola de contagios de la enfermedad que también causó la saturación del sistema público de salud y la escasez de medicamentos como analgésicos en algunas ciudades del gigante asiático.

Hospitales en grandes ciudades como Pekín sufren una gran presión y dificultades por la gran cantidad de pacientes que deben atender y que llegan con síntomas de covid-19. Incluso el público general duda de las cifras presentadas de forma oficial, pues solo se reportaron “un puñado” de muertes en medio de una crisis que recuerda el inicio de la pandemia.

Ante la falta de medicamentos para tratar los síntomas de la infección, el Consejo de Estado de China recomendó a las autoridades locales el uso de medicina tradicional para reducir la fiebre o aliviar la tos. Esto tras considerar que el conocimiento tradicional chino jugó un papel importante desde el inicio de la pandemia.

Entretanto la Organización Mundial de la Salud se mostró preocupada por la evolución del covid-19 en China que podría causar la aparición de nuevas variantes del virus que causen cuadros más graves e incluso puedan evadir la protección de las vacunas.