Chilenos siguen en las calles, pese a plan de Piñera
Las medidas económicas anunciadas por Sebastián Piñera y su pedido de perdón a Chile “por su falta de visión” no frenaron las protestas.
En una sexta jornada de manifestaciones, los ciudadanos se tomaron este miércoles las calles de la capital chilena. Los disturbios generados en medio de un toque de queda dejan ya 18 fallecidos, entre ellos un niño de 4 años.
Los estudiantes y la oposición piden reducir las desigualdades y derogar la prohibición de salir en las noches y desmilitarizar el país. Hay 2.000 detenidos.
Las denuncias de violencia policial y militar bajo el estado de excepción se intensificaron. El lunes, un joven, de 23 años, murió atropellado por un camión militar. La Fiscalía Nacional también registró otros cuatro casos, entre estos, un ecuatoriano que falleció en manos de efectivos del Ejército.
En Chile, el toque de queda es uno de los símbolos de los más oscuros días del general Augusto Pinochet, quien lo impuso desde del mismo día del golpe, en 1973, y en forma reiterada hasta 1987.
En esos años desobedecer el toque podía costar la vida. No obstante, ahora los jóvenes desafían la medida.
Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales, indicó que las multitudes que protestan no están guiadas por partidos ni por movimientos visibles.
“Los manifestantes demandan mayor igualdad, exigen un bienestar social más amplio e inclusivo y reclaman reformas al sistema de pensiones -hasta ahora atadas a la trayectoria laboral y la capacidad de ahorro individual, al de salud y educativo”, opinó Peña para el diario The New York Times.
La jurista Macarena Vial indicó a Emol: “Los estallidos sociales nacen del descontento y una ira que llevan 30 años de indolencia de una clase política absolutamente desconectada de la realidad”.
En la capital, los sindicalistas marcharon ayer desde la céntrica plaza Italia, escenario principal de las protestas desde el pasado jueves.
Los trabajadores del sector de la salud también se unieron a la protesta, mientras que los operarios portuarios paralizaron las localidades costeras del país.
La propuesta de Piñera
El “Gran Acuerdo Nacional” propone un ingreso mínimo a todos los trabajadores de $ 480 mensuales, frenar el alza de 9,2% de la luz, el alza del impuesto a la renta sobre $ 8 millones, crear un seguro para el gasto de medicamentos y reducir tanto el número de parlamentarios como sus sueldos.
Pese a que la oposición ve el congelamiento de las tarifas eléctricas y el ingreso mínimo garantizado como cambios positivos, un grupo considera que estas medidas son “insuficientes”, por lo que los sindicatos y estudiantes mantienen las protestas.
Al respecto, el Partido Socialista y el Partido Comunista no aceptaron la invitación de Piñera a la reunión, en La Moneda, para dar el puntapié inicial al acuerdo social.
Sin embargo, el resto del arco político sí se sumó: los partidos de la derecha, la democracia cristiana, el Partido Radical y formaciones menores que completan la representación parlamentaria.
“La nueva agenda social es uno de los esfuerzos sociales más relevantes que se ha realizado en democracia, sin caer en populismo”, justificó el senador Felipe Kast, del partido centrista Evopoli.
Los daños
Cristóbal Bellolio, académico de la Facultad de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez, compartió una medición de Ipsos que cifra como principal causa de las movilizaciones el cansancio por “el costo de la vida” (67%), versus resentimiento con la clase política (16%) e influencia de la violencia y vandalismo (10%).
Según la Asociación de Supermercados de Chile, de los 1.371 supermercados en Chile, 325 fueron saqueados y 31 incendiados.
La antropóloga Carola Naranjo, que analiza fenómenos sociales, explicó a la BBC: “Lo que ha pasado en los últimos días, que incluye haber sacado a los militares a las calles en un país que aún tiene resabio de la dictadura, generó un sentimiento de colectividad donde la persona de al lado te dice: a mí también me abusan”. (I)