Un total de 1’977.531 catalanes, de 5,4 millones que fueron convocados, votaron ayer en las primeras  horas del “proceso participativo” sobre la independencia de Cataluña, según informaron fuentes del gobierno regional.

En toda Cataluña, región del noreste con 7,5 millones de habitantes, se instalaron un total de 6.695 mesas. El “proceso participativo”, sin carácter vinculante, no tuvo un censo previo ni junta electoral y fue ejecutado por cerca de 40.000 voluntarios, que serán los encargados de realizar el recuento e informar del resultado este lunes.  

Tras semanas de tensión entre Barcelona y Madrid, el gobierno regional de Artur Mas decidió mantener esta votación simbólica sobre la independencia de Cataluña a pesar de la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional y la oposición del ejecutivo central.

Además, la  fiscalía ordenó una investigación sobre los recursos públicos utilizados para esta votación simbólica,  pero “los Mossos (la policía regional, dependiente del gobierno catalán) ni se ven, solo se ven ciudadanos”, dijo el representante del ejecutivo catalán, Fernando Brea. Al respecto Mas aseguró que él y su gobierno se hacen responsables de la consulta simbólica en abierto desafío a la justicia, y con la que los catalanes -dijo- se ganaron el derecho a un referéndum “definitivo”.

Tras la consulta, Mas cree que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, debe “escuchar el clamor” de Cataluña, y encarar el conflicto político con la norteña región de España, que aspira a la secesión.   

Pese a que algunas entidades contrarias a la independencia presentaron denuncias a los juzgados de guardia para detener la votación,  las primeras horas de la jornada transcurrió con normalidad y, aparentemente, una notable participación.