Las recientes revelaciones sobre las operaciones de contrainteligencia que realizó el Gobierno de Brasil a funcionarios rusos, iraníes e iraquíes entre 2003 y 2004, durante el régimen del presidente Luiz Lula da Silva, han abierto un debate en el Congreso del país sudamericano.

El diario Folha de Sao Paulo publicó el lunes en su portada informes realizados por agentes del Departamento de Operaciones de Inteligencia de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), que siguieron a diplomáticos rusos involucrados con negociaciones de equipamientos militares. También con iraníes, iraquíes y sobre un depósito de material informático que la Embajada de Estados Unidos posee en una vivienda en Brasilia.

Según analistas vinculados al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), el descubrimiento ocurre en medio de operaciones de prensa y de inteligencia generadas por el estrago que causó en la relación entre Estados Unidos y Brasil la revelación de los documentos del extécnico estadounidense Edward Snowden, que indican que la presidenta Dilma Rousseff fue espiada por la Agencia Nacional de Inteligencia del Gobierno de Estados Unidos. Por esta razón, Dilma Rousseff canceló su visita oficial a Estados Unidos el pasado 23 de octubre.

“Debemos aclarar estos hechos sobre el espionaje realizado por Brasil para no parecer que tenemos dos pesos y dos medidas”, indicó el senador Ricardo Ferraco, de la comisión de inteligencia del Congreso.

El columnista Kennedy Alencar, del canal Rede TV, afirmó: “no se puede comparar este caso con el de Snowden porque el brasileño fue realizado dentro de la ley y el territorio del país”.

Para la oposición derechista, el momento es para convocar en el Congreso al canciller Luiz Figueiredo, al ministro de Justicia, José Cardozo, y el director general de la ABIN, Wilson Trezza. “Apenas saldremos de esta situación investigando”, dijo el senador Ferraco, del aliado Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB).

“El gobierno practica lo que condena. Si hay espionaje, hay espionaje con el mismo objetivo. No debemos perder tiempo con esto, sino apuntar la falta de coherencia del gobierno”, indicó el senador Álvaro Dias, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).