Varios candidatos se presentan por primera vez Tras la reforma a la ley electoral
Carteles promocionan a Al Asad como ‘la única elección’ en Siria (GALERÍA)
La campaña de las elecciones presidenciales, que comenzó este fin de semana en Siria, se ha transformado en una glorificación del gobernante Bashar al Asad, y en las calles de Damasco nadie duda de su victoria frente a 2 candidatos fantasmas.
Las calles, los jardines, los edificios de la capital están literalmente inundados de fotos del presidente, que gobierna el país desde julio de 2000 y se dispone a iniciar un tercer mandato, mientras sus tropas continúan la guerra contra los insurgentes, que hace 3 años tratan de derrocarlo.
Es la primera vez que 2 “rivales” se enfrentan a Al Asad, cuyo clan dirige Siria con mano de hierro más de 40 años: Maher al Hajar y Hasan al Nuri. Pero estos 2 candidatos son totalmente desconocidos por los votantes convocados a las urnas para elegir al futuro gobernante el próximo 3 de junio.
La palabra “mubayaa” (“plebiscito” en árabe) está en todas partes, aunque teóricamente se trate de la primera elección presidencial en más de 50 años. Estos comicios, calificados de “farsa” por la oposición y Occidente, son una ocasión para el régimen de presentarse como vencedor de la guerra gracias a sus progresos militares en el país durante los últimos meses.
Además del clásico lema “la Siria de Asad” se vieron en estos días carteles por la ciudad indicando que el presidente Bashar es “la única elección” en unos comicios, que serán organizados solamente en el territorio controlado por el régimen.
Cerca de la ópera de Damasco, Al Asad es elogiado en los carteles como “la elección de los periodistas y de los intelectuales”, así como de “los inversores y los empresarios”.
“Siria seguirá siendo el antro de los leones” (Asad significa “león” en árabe), y “Sí al que preservó el orgullo de Siria”, dicen otros de los avisos colgados en las calles de Damasco.
Ya en las plazas, ante los periodistas, son pocos los que afirman querer votar por otro candidato.
“Para nosotros ni siquiera es una elección, es un plebiscito, nosotros queremos que se quede”, afirma Maher, en su tienda de ropa de Salhiye, en el centro de la ciudad.
Mayada, una madre de familia de 55 años del barrio popular Baramke, aseguró, refiriéndose a la oposición en el exilio, que “los otros deben comprender que nosotros solo lo queremos a él. Los que están en el extranjero son los culpables de nuestro problema”, agregó.
El presidente Al Asad decidió poner su campaña bajo la consigna de “juntos” y lanzó una página Facebook que ya tiene más de 109.000 admiradores, una cuenta Twitter con unos 1.200 seguidores y otra cuenta en la red de Instagram.
En Mazzé (oeste) algunos optaron por el exceso de celo. “La decisión (de presentar su candidatura) no le pertenece, el pueblo lo eligió”, reza un cartel dirigido a Al Asad y firmado por los habitantes.
Ante esta exaltación, los otros 2 candidatos, Al Hajar y Al Nuri, parecen insignificantes. Desde que se confirmaron sus candidaturas se muestran discretos, los periodistas no logran entrevistarlos y no han dado ruedas de prensa.
Al Nuri, nacido en 1960, fue ministro de Estado para el Desarrollo de la Administración Pública y de Asuntos Parlamentarios entre 2000 y 2002, además de diputado desde 1998 hasta 2003.
Al Hayar (Alepo, 1968) fundó en 2003, con otros dirigentes izquierdistas, el Comité Nacional Comunista de Siria y fue uno de sus líderes hasta que la formación cambió su nombre por Partido de la Voluntad Popular, del que se convirtió en secretario general de su consejo ejecutivo.
Este grupo es uno de los integrantes del Frente Popular para el Cambio y la Liberación (FPCL), una de las principales agrupaciones de la oposición tolerada por las autoridades y que cuenta con escaños en el Parlamento.
Las consignas de estos dos candidatos, como “Siria a favor de Palestina” o “en favor de la igualdad social” en un país devastado por la guerra no convencen a nadie.
Algunos no dudan en criticar estos comicios. “Esto no nos concierne”, afirmó decepcionado un vendedor de gafas en un mercado.
Dos mujeres jóvenes, elegantemente vestidas, guardaron silencio durante un momento antes de estallar en carcajadas. “Es una broma, una intimidación”, dijo una de ellas.
“Él sigue adelante y solo piensa en sí mismo, sin ver lo que sucede en su país”, agregó la otra, refiriéndose a Al Asad.
Nueva ley electoral
Hasta ahora, Bashar al Asad, así como su padre Hafez, que falleció el 10 de junio de 2000, habían sido elegidos por referéndum. El actual mandatario, como candidato único, fue elegido por esta vía con un 97,29% de los votos, y reelecto en 2007 con un 97,62% de los resultados.
La nueva ley electoral, aprobada en marzo, admite que por primera vez se presenten varios candidatos. Establece que los candidatos deben tener como mínimo 40 años, tener la nacionalidad siria y ser hijos de padres sirios, además de no disponer de antecedentes penales y no estar casados con un extranjero.
Estipula, además, que deben haber residido en Siria durante 10 años consecutivos contando desde la fecha de registro como candidatos y no pueden tener una segunda nacionalidad.
Estos 2 requisitos hacen difícil que concurra gran parte de los opositores, que están exiliados y han rechazado la convocatoria de elecciones en el marco de la actual guerra civil.
Este conflicto en varias ciudades sirias ha causado en 3 años más de 150.000 muertos y alrededor de 9 millones de personas desplazadas dentro del país, según el Observatorio de los Derechos Humanos.