La batalla del cambio climático: conseguir que EE.UU. firme el acuerdo de París
El Acuerdo de París, adoptado el 12 de diciembre por la 21 Conferencia de las Partes (COP21) en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), fue el resultado de grandes batallas sobre múltiples temas, especialmente entre países desarrollados y en desarrollo.
Los objetivos de negociación de los países en desarrollo fueron los siguientes: (a) defender la CMNUCC y no dejar que se modificara o subvirtiera; (b) garantizar que el acuerdo no se centrara en la mitigación con todos los temas abordados y se hiciera de manera equilibrada; (c) garantizar que se reflejara la diferenciación en todos los aspectos, con los principios de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas; (d) garantizar que los países desarrollados mejoraran la financiación y la transferencia de tecnología; (f) asegurar que “las pérdidas y los daños” fueran reconocidos como un pilar separado, aparte de la adaptación y (g) las disposiciones jurídicamente vinculantes, especialmente en los países desarrollados.
Estados Unidos y sus aliados (especialmente los integrantes del Grupo de Convergencia) querían lo contrario. Arremetieron contra la CMNUCC, intentando debilitar las disposiciones y sus obligaciones, redefinir la diferenciación con el fin de desdibujar las diferentes obligaciones de los países desarrollados y en desarrollo, y prepararon un “híbrido” legal (en cuanto a qué cláusulas son o no jurídicamente vinculantes), principalmente para adaptarse a las relaciones de la administración estadounidense con el Congreso, que es hostil al tema del cambio climático.
La COP21 fue un campo de batalla que implicó un ataque (con intereses tanto defensivos como ofensivos) de Estados Unidos y sus aliados frente a la resistencia y ofensiva del Grupo de los 77 y China, y especialmente el Grupo de Países en Desarrollo de Ideas Afines, que tenían posiciones de negociación de amplio alcance y una maquinaria en buen funcionamiento.
Una de las principales preocupaciones era cómo se comportaría la presidencia francesa de la COP21 a la luz de las posiciones polarizadas.
Hacia el final, la noche del 11 de diciembre se llevó a cabo una reunión entre el Grupo de Países en Desarrollo de Ideas Afines y la presidencia francesa (que estaba elaborando el compromiso final), donde los primeros presentaron sus “puntos claves”. Entre ellos se incluía que el propósito del Acuerdo era mejorar la aplicación de la CMNUCC de conformidad con sus principios y disposiciones; la reflexión y la puesta en práctica de la equidad y las responsabilidades comunes pero diferenciadas; la clara diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo en los esfuerzos de mitigación; el compromiso de los países desarrollados sobre la financiación, la transferencia de tecnología y el fomento de la capacidad sin transferencia ni ampliación de las obligaciones de los países en desarrollo para suministrar financiación.
El Grupo de Países en Desarrollo de Ideas Afines transmitió el mensaje de que con 30 países que representan más del 50% de la población del mundo y el 70% de los pobres, querían que la COP21 fuera un éxito, pero que el resultado debía ser equilibrado. Al final, la presidencia francesa tomó sus puntos clave y consiguió que Estados Unidos los aceptara.
En general, la presidencia de la COP21 desempeñó un papel justo para asegurar un resultado delicado y equilibrado, a excepción de un incidente en el plenario final que de alguna forma empañó el proceso.
Se trata del “incidente del debería”, en el que Estados Unidos quería que la palabra “deberá” fuera reemplazada por “debería” en el artículo 4.4 del acuerdo en relación con los esfuerzos de mitigación de las partes. En lugar de plantear la cuestión desde la plenaria, la solicitud de Estados Unidos fue admitida por la presidencia de la COP21 a través de lo que se denominó una “corrección técnica”, y la palabra “deberá” fue entonces reemplazada por “debería” y fue leída en voz alta por la secretaría.
Aspectos del Acuerdo de París
Para entender el resultado de la COP21 es importante reflexionar sobre las cláusulas claves del Acuerdo de París y la decisión que se adoptó. A continuación se presentan los temas que forman el contexto de las cláusulas y el resultado final, con una evaluación en cuanto a si prevalecieron las opiniones de los países desarrollados o en desarrollo (o ambos).
Dado que el acuerdo es un nuevo instrumento jurídico, tendrá que ser ratificado por los países para su entrada en vigor. Esto ocurrirá después de que al menos 55 partes en la CMNUCC, lo que representa aproximadamente el 55% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, hayan depositado sus instrumentos de ratificación o aceptación. (Se espera que el acuerdo entre en vigor después de 2020).
El acuerdo (12 páginas) fue adoptado como un anexo de una decisión (19 páginas) de la COP21.
Propósito del acuerdo (artículo 2)
El artículo 2 establece, en el apartado 1: “El presente Acuerdo, al mejorar la aplicación de la Convención, incluido el logro de su objetivo, tiene por objeto reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza, y para ello:
(a) Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático; b) Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos; c) Elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero”.
El apartado 2 establece: “El presente Acuerdo se aplicará de modo que refleje la equidad y el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales”.
El propósito del acuerdo era un área importante de discordia entre los países desarrollados y en desarrollo.
En los cuatro años de negociaciones, la frase común de los países en desarrollo en el marco del G-77 y China fue que el acuerdo no “reescribiera, reemplazara o reinterpretara la Convención”. El G-77 y China, incluidos sus subgrupos, especialmente el Grupo de los Países en Desarrollo de Ideas Afines y el Grupo Africano, enfatizaron constantemente que el propósito del acuerdo es mejorar la aplicación de la CMNUCC sobre los elementos de mitigación, adaptación, financiación, transferencia de tecnología, fomento de la capacidad y transparencia de las medidas y el apoyo.
Por otro lado, los países desarrollados parecían centrar más su atención en el “objetivo” del acuerdo, que fue percibido por los países en desarrollo como un enfoque centrado en la mitigación ligado únicamente a la meta de la temperatura, con un intento de debilitar el vínculo con las disposiciones de la CMNUCC y las obligaciones de los países desarrollados, especialmente en los medios de aplicación (financiación, transferencia de tecnología y fomento de la capacidad).
Por lo tanto, la referencia a “mejorar la aplicación de la CMNUCC” es vista como un triunfo de los países en desarrollo. (O)