Buzos suspenden tareas de rescate debido a la inclinación del crucero
Los buzos suspendieron ayer por razones de seguridad la búsqueda de la veintena de personas desaparecidas desde el viernes en el naufragio del crucero Costa Concordia, y el capitán de la nave, sobre quien pesan graves indicios de culpabilidad, fue puesto en detención domiciliaria.
Los instrumentos detectaron un “movimiento” del barco, por lo que se está evaluando si se trata de un deslizamiento en busca de otro punto de apoyo para poder reanudar las operaciones, declaró Luca Cari, portavoz de los bomberos. Se prevé que hoy se reinicie la búsqueda.
Las fuertes olas y el viento frío también han obligado a suspender el inicio de las tareas de extracción de las 2.400 toneladas de carburante, cuya presencia hace temer un desastre ecológico. Se necesitarán entre dos y seis semanas para llevar a cabo la extracción del carburante del interior del crucero Costa Concordia, que naufragó con 4.229 personas a bordo en aguas de la isla italiana del Giglio.
Sin embargo, el Gobierno italiano aseguró ayer que ya se ha producido un daño ambiental, aunque muy contenido en el fondo marino de la isla de Giglio como consecuencia del naufragio del crucero Costa Concordia y que deja, hasta el momento, 11 fallecidos y 28 desaparecidos. Al margen de su comparecencia ayer ante el pleno de la Cámara Baja, el ministro italiano de Medioambiente, Corrado Clini, afirmó que existe el riesgo de un posible vertido de carburante al mar, que podría extenderse a lo largo de toda la costa del Tirreno. “Existe ya un daño ambiental, muy contenido, relativo a los fondos marinos de la isla del Giglio”, afirmó Clini en los pasillos de la Cámara Baja italiana.
Mientras tanto, el comandante del barco, Francesco Schettino, considerado el mayor responsable de la tragedia que provocó la muerte de al menos once personas, se encuentra desde la madrugada de ayer bajo detención domiciliaria en su residencia de Meta de Sorrento, cerca de la sureña Nápoles.
Acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de nave y naufragio, corre el riesgo de ser condenado a 12 años de prisión. Schettino fue detenido por orden de la fiscalía por temor a que manipulara las pruebas y por el riesgo de fuga. La jueza Valeria Montesarchio, que decidió la detención domiciliaria del comandante, admitió ayer que hay “graves indicios” de culpabilidad contra el capitán, “responsable de un desastre de proporciones mundiales”. La jueza subrayó que el capitán se negó a volver a bordo pese a la orden del comandante de la Capitanía y que después de haber alcanzado los escollos permaneció varias horas en compañía de otros miembros de la tripulación observando las operaciones de rescate. “No hay dudas de la gravedad de sus acciones”, aseguró la magistrada.
El capitán, que negó haber abandonado el barco, está convencido de que hizo una brillante maniobra que permitió salvar miles de vidas. Según medios locales, Schettino aseguró que estaba al timón cuando chocó con el escollo y que no abandonó la nave, sino que cayó al mar por un bandazo. El oficial, el hombre más odiado del mundo según páginas Internet, abandonó a 300 personas incapaces de defenderse por ellas mismas que formaban parte de los 3.200 turistas a bordo, según el Corriere della Sera.