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Bosnia, un país dividido 20 años después de la guerra

Bosnia, un país dividido 20 años después de la guerra
06 de abril de 2012 - 00:00

Sarajevo.-

Bosnia conmemora hoy el vigésimo aniversario del comienzo del conflicto interétnico (1992-1995) que en tres años causó la muerte de cerca de 100.000 personas y desplazó a más de 2 millones, la mitad de la población, de la ex república yugoslava, que padeció la primera limpieza étnica en Europa desde el  fin de la Segunda Guerra Mundial.

Según el Centro de Investigación y Documentación sarajevita, 98.000 personas perdieron la vida en el conflicto bosnio y, de esas víctimas, el 55% era musulmán, el 35% serbio y el resto croata y de otros grupos étnicos. El  director de cine bosnio Dino Mustafic destaca que peor aún que el número de 100.000 muertos “es el hecho de que la mayoría de las víctimas fueron asesinadas de la manera más feroz y organizada, ya en los primeros meses de la guerra”. 

Pero el mosaico no está completo sin Srebrenica, donde 7.000 varones musulmanes fueron asesinados después de que las tropas serbobosnias, bajo el mando del general Ratko Mladic, conquistaran el enclave oriental de Bosnia en julio de 1995, pocos meses antes del fin de la guerra. Mladic y el ex líder político serbobosnio Radovan Karadzic son  juzgados ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en La Haya, por genocidio debido a la matanza.

Ahora Bosnia vive en paz, pero las tres principales comunidades siguen divididas como antaño y el estado bosnio está debilitado y empobrecido.

Tras cumplirse dos décadas  del inicio de la contienda más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que enfrentó durante tres años a musulmanes, serbios y croatas, este país de la ex Yugoslavia sigue fracturado por las líneas étnicas. “Las heridas de la guerra siguen profundamente ancladas en las relaciones entre las tres comunidades que participaron en la guerra”, explica Raif Dizdarevic, uno de los últimos presidentes de la federación yugoslava, antes de su sangriento estallido en los años 90.

6-4-12-mundo-bosniaTras ello, los dos entes autónomos que forman el país -el común de musulmanes y croatas, y el serbio- así como los tres pueblos, funcionan por su cuenta. Las instituciones centrales, las comunes de los tres pueblos, representan un conjunto de intereses que casi nunca coinciden, con una clara falta de cooperación que permita un funcionamiento eficaz del Estado compartido.

“La guerra es todavía el elemento que domina en todos los acontecimientos de la sociedad de Bosnia-Herzegovina”, declara el analista Sacir Filandra, decano de la Facultad de Ciencias Políticas en Sarajevo. “A muchos, me refiero a las personas en el poder, les conviene tal situación por su incapacidad para ir adelante. No hay ideas nuevas ni entendimiento en la sociedad, y eso lo veo como el problema crucial. Estamos dando vueltas como en un círculo”, considera.

Para el futuro, el lema formal de las principales estructuras políticas es avanzar para ingresar en la UE (Unión Europea). El bloque europeo y la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico Norte) creen que Bosnia-Herzegovina ha comenzado a ver en los últimos meses la luz al final de un largo túnel, tras dar una serie de pasos que parecen mostrar que las dos entidades autónomas que la integran creen en el futuro del país.

De hecho, el Gobierno de Sarajevo prevé presentar en junio la candidatura al ingreso en la UE, así como avanzar claramente en el proceso de integración en la Alianza Atlántica. 

No obstante, desde hace más de cuatro años, entre los políticos musulmanes, serbios y croatas no hay consenso sobre las reformas para un funcionamiento consolidado de las instituciones centrales de cara a agilizar el paso a la integración euroatlántica. Muchos serbios prefieren mantener la amplia autonomía de su entidad, los musulmanes abogan por la centralización y la abolición de los entes, y a los croatas les gustaría tener una entidad propia.

Bosnia es uno de los países más pobres de Europa y tiene un 40% de desempleo; aún así, los temas sociales son secundarios frente a una clara agenda política nacionalista.

“Los temas nacionales son los dominantes en las elecciones, y todos los demás problemas de la vida, los asuntos sociales, de desarrollo, democráticos y otros han sido descuidados”, declara el analista Momir Dejanovic, de la ONG Centro para una Política Humana.

Según Dejanovic, pocos dicen que la guerra fue innecesaria y errónea, y domina la tendencia de justificar la guerra como una defensa ante el otro, ya sea musulmán, serbio o croata.

Veinte años después del conflicto, los bosnios, no solo los políticos, sino también los intelectuales o historiadores, no pueden ponerse de acuerdo ni sobre la fecha y el origen de la guerra. El inicio oficial fue el 6 de abril de 1992, cuando la UE reconoció la independencia de Bosnia. El mismo día, los francotiradores serbobosnios dispararon contra unos manifestantes en el centro de Sarajevo. Para los serbios, el inicio del conflicto fueron los disparos de unos delincuentes musulmanes en marzo de ese año contra un cortejo nupcial serbio, en el que murieron dos personas.

Para los musulmanes fueron los ataques de los serbios que tuvieron en su mano la mayoría del armamento del antiguo ejército yugoslavo, y que asediaron Sarajevo durante la guerra. El cerco más largo de la historia contemporánea se cobró casi 11.000 vidas, entre ellas más de 1.000 niños. En lo que sí coinciden todos es en acusar a la comunidad internacional de no haber reaccionado a tiempo durante la descomposición de la antigua Yugoslavia.

El director de teatro sarajevita Haris Pasovic señala que después de la muerte, en 1980, del líder comunista yugoslavo Josip Broz Tito, se intensificaron los procesos nacionalistas en Yugoslavia. 

Según Pasovic, la impresión de que Estados Unidos no intervendría en caso de una guerra yugoslava, alentó el nacionalismo serbio, seguido de una intensificación de los procesos nacionalistas también en otros pueblos de la federación.

El analista Dragan Jerinic sostiene también que después de la muerte de Tito no hubo persona o institución que  garantizara la estabilidad, y que con la introducción del pluripartidismo se abrió el paso al nacionalismo.

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