Boris Johnson pone su fuerza en consumar el brexit
Alexander Boris de Pfeffel Johnson, nuevo primer ministro de Reino Unido, pidió a la Unión Europea (UE) que se replantee su negativa a renegociar el acuerdo del brexit, mientras prometía poner toda su fuerza para asegurar que Gran Bretaña deje el bloque en la fecha prevista, el 31 de octubre.
En su primer discurso ante la Cámara de los Comunes, desde que asumió el cargo, Johnson juró ayer adoptar una nueva estrategia. Rechazó el acuerdo de divorcio negociado por su predecesora, Theresa May, e insistió en que, aunque quería llegar a un pacto, el país estaba mejor preparado de lo que muchos creían para salir sin él.
“Espero que la UE esté igual de preparada y que reconsidere su actual negativa para hacer cambios al acuerdo de retiro”, dijo. “Si no lo hacen, nosotros, claro, tendremos que salir sin acuerdo”.
Johnson tiene menos de 100 días para cumplir con su promesa de consumar el brexit el 31 de octubre después de lo que llamó “tres años de baja autoestima infundada” en el gobierno de May.
Sin embargo, Gran Bretaña batallará para tener toda la atención del bloque durante agosto, un tranquilo período vacacional en gran parte de Europa.
La UE está firme en que no renegociará el acuerdo logrado con May relacionado con los términos de la salida de Gran Bretaña y de las futuras relaciones.
Sin él, Gran Bretaña se enfrenta a una caótica salida que los economistas advierten que podría obstaculizar el comercio al imponerse aranceles y revisiones tributarias entre Gran Bretaña y el bloque, desplomar el valor de la libra y provocar recesión en el país.
Para lograr el acuerdo, sacrificó a miembros del gabinete de May a las pocas horas de que tomara el poder y los reemplazó con un grupo de partidarios del brexit.
Entre ellos están el secretario de Exteriores, Dominic Raab; el jefe del Tesoro, Sajid Javid; el secretario de Vivienda, Priti Patel; y el líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg.
El “Boris show”
El patriota del brexit nació en Nueva York el 19 de junio de 1964 y pasó buena parte de su infancia en el corazón de la Unión Europea, Bruselas. Con sagacidad de publicista, Johnson -“Al” para su familia- se despegó del Alexander como todos lo conocían y del impronunciable Pfeffel, para quedarse con el Boris que contribuyó a convertirlo en un artículo cotidiano de la política inglesa.
Su biógrafa y excolega en el bureau del Daily Telegraph en Bruselas, Sonia Purnell, autora de “Just Boris”, cuenta que Johnson consiguió el puesto de corresponsal a principios de los 90 por una bien aceitada red de contactos e influencias después de que lo despidieran del The Times por inventar una cita en un artículo que atribuyó a su padrino, un académico de Oxford.
Según Purnell -en esto coincide con el retrato de otros periodistas de la época- Johnson era desordenado y se aburría con facilidad ante temas complejos; pero el talento que le faltaba como reportero, le sobraba como comediante.
Así comenzaron a surgir las notas que hicieron su nombre describiendo a la UE como una burocracia demente que buscaba homogeneizar todo y no se detenía ni siquiera ante la búsqueda de un estándar único para el tamaño de los condones.
La grandilocuencia no lo abandonó cuando convirtió a la política en su principal ocupación y alcanzó una popularidad que lo llevó a la alcaldía de Londres.
En la campaña para el referendo del brexit, en 2016, apoyó la salida de la UE y se puso al frente de algunas de las aseveraciones más extravagantes, como que Reino Unido ahorraría 350 millones de libras a la semana si deja el bloque europeo.
Su rol como canciller británico, bajo el gobierno de May, fue catastrófico y renunció por el acuerdo del brexit que ella consiguió con la UE y nadie aprobó en Reino Unido.
Su apoyo al brexit y la admiración de Donald Trump ha puesto en duda cualquier rasgo de moderación en su gestión como nuevo inquilino del número 10 de Downing Street. (I)