Bolsas se desploman por rebaja de nota a EE.UU.
Las bolsas del mundo vivieron ayer un “lunes negro”. Wall Street se desplomó ayer en reacción a la rebaja de la calificación de la deuda pública a Estados Unidos por la agencia Standard & Poors y temeroso de una nueva recesión, contagiando también al mercado bursátil europeo.
Pese a que las bolsas del viejo continente comenzaron la jornada al alza, alentadas por la noticia de que el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando deuda pública de España e Italia y por las declaraciones de la pasada madrugada del G7 y G20 para infundir confianza a los mercados, la apertura negativa de Wall Street hizo cambiar el rumbo de los parqués en Europa.
La bolsa de Fráncfort encabezó las caídas en los mercados europeos y su índice, el DAX 30, al cierre se hundió un 5,02 %, el CAC-40 de París un 4,68 %, el FTSE-100 de Londres un 3,39%, el selectivo del parqué de Milán perdió un 2,35 % y el IBEX 35 de Madrid bajó un 2,44%.
Tras las bolsas europeas siguió Wall Street, que cerró ayer con fuertes pérdidas en respuesta a la rebaja de la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, acabó con un acusado descenso del 5,55%, con el que perdió los 11.000 puntos por primera vez desde noviembre pasado.
Según datos provisionales al cierre, ese índice, que agrupa a las 30 mayores empresas cotizadas de EE.UU., restó 634,76 puntos para cerrar en 10.809,85 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 cayó el 6,66 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq descendió el 6,9%.
El generalizado pesimismo sobre la economía estadounidense motivó una comparecencia de Obama ante los medios, quien en un intento de calmar los ánimos aseguró que los mercados siguen percibiendo que el crédito de EE.UU. es de primera categoría y que los actuales problemas financieros tienen solución.
En medio de la debacle bursátil, el descenso de la prima de riesgo de España e Italia, a raíz de la intervención del Banco Central Europeo (BCE), fue la noticia positiva de la jornada.
Los intereses de los bonos a 10 años de España e Italia bajaban este lunes por debajo del 6%, tras haberse acercado peligrosamente la semana pasada al 7%, límite a partir del cual es difícil que un país gestione su deuda.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, defendió ayer su decisión de volver a comprar deuda pública de los Estados de la zona euro en dificultades con el fin de tranquilizar a los mercados. “Por razones de política monetaria podemos tomar medidas excepcionales”, afirmó Trichet.
“Entre ellas figura la compra de créditos de Estado cuando los mercados están tan agitados que nuestra política monetaria no puede sino tener un impacto”, acotó.
Los mercados asiáticos con sus elevadas pérdidas ya presagiaron antes de la apertura de los mercados estadounidenses y europeos una jornada negativa en el resto del mundo. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio bajó un 2,17%, el Kospi de Seúl un 3,82%, el Hang Seng de Hong Kong un 2,17% y la bolsa de Shanghái perdió un 3,79%.
La agencia de calificación Standard & Poors afirmó ayer, por su parte, que hay un 33% de probabilidades de que entre los próximos seis y 24 meses haga una nueva rebaja a la máxima nota de EE.UU., tras haberla degradado de “AAA” a “AA+” el pasado viernes.
“Si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EE.UU. sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato”, expresó el director general de S&P, John Chambers.
Es más, Estados Unidos podría tardar casi una década en recuperar la matrícula de honor de su deuda soberana si las lecciones del pasado se repiten, advirtió.
Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia y Suecia han conseguido en los últimos años reconquistar sus respectivas matrículas de honor, pero todos ellos han tardado alrededor de una década en conseguirlo y lo han hecho a base de aplicar durante un sostenido periodo de tiempo reformas fiscales sustanciales, expresó el director general de Standard & Poors.