Bolivia rechaza nueva injerencia de EE.UU. en asuntos políticos
El vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, a nombre del Gobierno rechazó este 9 de abril la que considera una una nueva intromisión en sus asuntos internos por parte de funcionarios públicos de Estados Unidos.
García Linera informó en conferencia de prensa que una comisión del Senado estadounidense tramitó la víspera a la Cámara Alta una nota relacionada a la situación política del país suramericano, y recordó a Washington que, como Estado soberano, democrático y respetuoso de la ley, la norma y la convivencia internacional, exigía el mismo respeto.
Recordó que ese injerencismo ha ocurrido otras veces, cuando en 2003 el exembajador norteamericano en La Paz, Manuel Rocha, amenazó a los bolivianos con eliminar las inversiones si votaban por Evo Morales.
Asimismo, en 2008, Philip Goldberg, al frente de la sede diplomática norteamericana en Bolivia, intentó bloquear la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, además de realizar actividades conspirativas para impedir el desarrollo de la Asamblea Constituyente y de vincularse a grupos políticos que querían separar y dividir al país.
“Como es costumbre, el pueblo en su mayoría se opuso a esas acciones el diplomático estadounidense, expulsado posteriormente, y votó por la Constitución que hoy día es defendida por todos los bolivianos, incluso por los opositores que en 2007 no la defendían”, declaró.
Aseguró que ningún gobierno en el mundo tiene el derecho ni la autoridad moral para intervenir en asuntos políticos de otros países, y menos Estados Unidos con 40 millones de personas en la pobreza y 23 millones en extrema pobreza, cifras del Tercer Mundo.
“Hoy el 50 por ciento de los estadounidenses apenas concentran un 12 por ciento de las riquezas de su país. Hace 30 años esa población concentraba un 24 por ciento, y se le suman problemas de exclusión y marginamiento, problemas que deben ser resueltos por sus autoridades, en vez de entrometerse en los asuntos internos de otros países”, resaltó.
Agregó la destrucción de la naturaleza, de los sistemas de agua dulce, no firmar el Acuerdo de París, y en los últimos años la separación de familias migrantes de latinoamericanos y de otras naciones del mundo, como temas pendientes en Estados Unidos, un país por excelencia construido por inmigrantes que coloca y levanta murallas para aislarse de los demás y convertirse en potencia feudal.
'De lo que diga Estados Unidos, lo contrario va a ser cierto', concluyó. (I)