El número de militares fallecidos tras el ataque de las FARC perpetrado en la medianoche del martes en el oeste de Colombia aumentó a 11, a la vez que fue confirmada la muerte de dos guerrilleros en esos hecho, informó este jueves el Ejército.

"A uno de los heridos, un cabo primero, le fue decretada la muerte cerebral", dijo a la AFP una fuente del Ejército, al elevar a 11 la cifra de uniformados muertos en el ataque ocurrido en La Esperanza, departamento del Cauca (oeste), bastión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Sobre la veintena de soldados que quedaron heridos, el comandante del Ejército Nacional, general Jaime Lasprilla, informó que su salud evoluciona "satisfactoriamente".

"Los soldados (heridos) se encuentran en este momento recuperándose satisfactoriamente, han evolucionado bien. Le estamos haciendo un seguimiento a su salud y dándole todo el apoyo para sus familias", dijo Lasprilla en una rueda de prensa.

El comandante del Ejército señaló a su vez este jueves que al menos dos guerrilleros murieron en el asalto.
"Fue recuperado un cuerpo de un terrorista muerto en desarrollo de operaciones, en el sitio, con armamento, tenemos conocimiento de la muerte de otro (...) y estamos tratando de verificar otras informaciones", precisó el responsable militar.

El mortal ataque de las FARC, que negocian la paz con el gobierno de Juan Manuel Santos desde noviembre de 2012 y que habían decretado un cese al fuego unilateral e indefinido el pasado diciembre aunque reservándose la libertad de responder a ataques del Ejército, generó una fuerte reacción de las autoridades.

El presidente Juan Manuel Santos ordenó el miércoles reanudar los bombardeos contra campamentos de las FARC, los que había suspendido hacía poco más de un mes para acelerar el proceso de paz con esa guerrilla, que en pláticas en Cuba busca poner fin a más de cinco décadas de conflicto armado.

Las FARC, con unos 8.000 hombres en sus filas, son el principal grupo rebelde del país.

En Colombia, el conflicto armado de más de medio siglo ha contado con la participación de guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, agentes del Estado y bandas narcotraficantes, y ha dejado oficialmente al menos 220.000 muertos y cinco millones de desplazados. (I)