Asesino de Hialeah estaba quemando dinero antes de tiroteo
Portavoces policiales explicaron que Pedro Alberto Vargas, de 42 años, quien mató a seis personas el pasado viernes en Hialeah (Florida) antes de ser abatido por fuerzas de asalto, inició la espiral violenta prendiendo fuego en su apartamento a cerca de 10.000 dólares en efectivo que había sacado de su cuenta bancaria.
Los agentes dijeron a medios locales que el sospechoso de origen cubano intentó destruir y prender fuego también a su ordenador portátil, uno de los elementos que a juicio de la Policía podría ayudar a desentrañar la incertidumbre que rodea esta tragedia.
Vargas, un diseñador gráfico sin trabajo fijo, vivía con su madre, de 83 años, en un apartamento de un edificio de Hialeah, una ciudad al norte de Miami con cerca de 240.000 habitantes. La mujer no ha aportado demasiados detalles para esclarecer los motivos que llevaron a la locura a su nieto.
Fue precisamente el humo provocado por Vargas lo que alertó a un matrimonio colombiano vecino, que al acercarse al apartamento del cubano fue recibido a tiros. Italo Pisciotti, de 79 años, y su mujer, Camira Pisciotti, murieron prácticamente en el acto, según las autoridades.
Tras ello, el asesino derribó la puerta de otro apartamento vecino y acabó con la vida de sus tres ocupantes. Se trataría, según fuentes policiales, del matrimonio Patricio Simono, de 65; Merly Niebles, con 51, y su hija de 17 años, Priscilla Simono.
La Policía cree que la sexta víctima, identificada como Carlos Javier Gavilanes (33)- quien sería de origen ecuatoriano-, que llegaba al edificio acompañado por su hijo menor, en realidad falleció por una bala perdida en la refriega del tiroteo.
Los momentos de mayor tensión se vivieron cuando el asesino se encerró en otro apartamento con un matrimonio vecino, a los que encañonó mientras negociaba con los SWAT, las fuerzas especiales de asalto de la Policía, que intentaron durante varias horas a lo largo de la madrugada del sábado, y hasta el último momento, que Vargas depusiera su actitud. Finalmente fue abatido.
Algunos de los vecinos explicaron que uno de los motivos que pudo llevar a Vargas a cometer los asesinatos fue la difícil situación económica en la que se encontraba, que al parecer le llevaría a "perder el apartamento" en que vivía con su madre.