Se acelera la lucha contra las armas impresas en 3D en EE.UU.
Varios gobiernos estatales y los partidarios de un mayor control de armas de fuego en Estados Unidos intentaron el martes 31 de julio bloquear la comercialización de planos digitales que permiten fabricar con toda discreción armas con impresoras 3D.
Luego de una larga batalla judicial a finales de junio, el gobierno federal autorizó al grupo Defense Distributed, poner en línea los planos digitales que permiten la fabricación casera de armas con una impresora 3D.
Estos objetos, que se hacen de plástico, funcionan como un arma muy real. Al no ser industrializados por un fabricante autorizado, no tienen número de serie, tampoco suenan al pasar por un detector de metales y potencialmente no se pueden rastrear.
"El momento de las armas descargables realmente comienza", promete el sitio del grupo, fundado por Cody Wilson, un libertario de 30 años.
Está previsto que los programas de instrucción sean puestos en línea el miércoles 1 de agosto.
Una docena de fiscales de estados demócratas presentaron el lunes 30 de julio una demanda ante la justicia para que impida la publicación de esos manuales.
"Es una locura dar a los delincuentes las herramientas para imprimir en 3D armas que son imposibles de rastrear y que no se pueden detectar, con solo apretar un botón", dijo la fiscal del estado de Nueva York, Barbara Underwood.
Los fiscales presentaron el caso a un tribunal federal de Seattle, en el estado de Washington, y pidieron un juicio sumario a la luz de la inminente fecha límite.
Una veintena de fiscales estatales también escribieron al fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions, y al secretario de Estado, Mike Pompeo, para denunciar el acuerdo entre Trump y Defense Distributed. Es un acuerdo "profundamente peligroso que podría tener un impacto sin precedentes en la seguridad pública", indicaron.
Estados Unidos, donde unas 30.000 personas mueren al año a causa de las armas de fuego, está profundamente dividido por la discusión sobre el control de armas personales, particularmente por numerosas matanzas masivas, muchas veces perpetradas con armas que fueron compradas de manera legal.
Trump consulta a la NRA
Más sorprendente aún es que el mismo presidente Donald Trump parece oponerse a esta nueva forma de armarse.
"Estoy investigando este caso de armas de plástico 3D vendidas al gran público", escribió Trump en Twitter. El mandatario, que ya había consultado el tema con el principal lobby estadounidense de armas de fuego, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), añadió: "¡Eso no parece tener mucho sentido!".
La NRA, el principal cabildero de armas de fuego, que reúne a los principales fabricantes de armamento, no se ha expresado sobre el tema pero puede ser que no vea con bueno ojos esta competencia.
La discrepancia entre el tuit del presidente y el acuerdo alcanzado por su administración molestó a la oposición demócrata, que mayoritariamente está a favor del control de armas de fuego.
"De hecho, no tiene mucho sentido. Y no tiene mucho sentido que su Fiscal General y su departamento de Estado hayan autorizado que se pongan a disposición del público las armas impresas en 3D", comentó Ed Markey, senador de Massachusetts.
Otros lamentaron que el presidente recurriera a un cabildero privado para resolver este problema de orden público.
El senador Bill Nelson, representante de Florida, anunció que presentará una propuesta de ley para prohibir la publicación de los planos digitales.
La mayoría republicana, que se opone a un control más estricto de las armas y cercana a la NRA, se ha mantenido muy discreta en este tema.
Cody Wilson se embarcó en esta lucha en 2013, cuando publicó los planos del "Libertador". El objeto que esta hecho todo de plástico y que parece un juguete podría tirar solo una bala.
Estos esquemas fueron descargados unas 100.000 veces antes de la policía impidiera su libre acceso.
Originario de Arkansas e influido por la cultura de las armas sureña, Cody Wilson pretende hacer de su proyecto Defense Distributed "un WikiLeaks de las armas", resumió el diario Washington Post. (I)