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La pauta oficial bajó en los medios alineados con el kirchnerismo y varios empleados han perdido sus puestos de trabajo

La prensa tradicional se alinea con Macri y las voces críticas al gobierno empiezan a apagarse

Miles de personas se manifiestan contra las políticas del gobierno del presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Miles de personas se manifiestan contra las políticas del gobierno del presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Foto: AFP
17 de enero de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El presidente argentino, Mauricio Macri, está logrando construir un relato de perfección de su gobierno a través de una “cobertura” casi idílica de los medios tradicionales que respaldaron su campaña. Se trata de un camino inverso al transitado por el kirchnerismo  –demonizado por esos mismos grupos mediáticos- cuya  política de comunicación priorizó el uso indiscriminado de la pauta publicitaria oficial y la cadena nacional y el ataque certero a la oposición y a los medios adversos.

La prensa tradicional comandada por el poderosísimo Grupo Clarín vive un romance con el gobierno de Macri, que casualmente suspendió la Ley de Medios, que obligaba a desinvertir a ese monopolio mediático que maneja más de 400 medios en todo el país.

Los canales de TV ya no transmiten a toda hora noticias sobre violencia como hasta hace solo un mes, cuando Argentina parecía  juzgar por los noticieros, un territorio dominado por la criminalidad a pesar de ser uno de los países más seguros de la región.  La palabra “devaluación” quedó minimizada con simples anuncios sobre la nueva cotización del dólar tras el fin del “cepo” kirchnerista, un control cambiario que la prensa bautizó como un instrumento de tortura.

Los futuros aumentos de tarifas –verdaderos tarifazos de 200 por ciento de aumento en la luz y el gas a partir de febrero-  conforman un “sinceramiento” de precios y la palabra “ajuste” desapareció del lenguaje periodístico para dar paso a medidas “necesarias” para ordenar la herencia recibida. Los despidos masivos de trabajadores del Estado –unos 18.000, según gremios del sector- se enmarcan ahora en una saludable campaña para despedir “ñoquis”, como se llama a aquellos empleados que cobran su salario sin trabajar y que el gobierno atribuye a pura militancia kirchnerista.

La revista Noticias, férrea opositora del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, resumió esta nueva realidad mediática en su portada: “Nació el nuevo relato. El presidente perfecto”.

Hoy en Argentina se escuchan cada vez menos voces opositoras en el sector privado. A esa realidad se le suma que el kirchnerismo ya no tiene el contrapeso de los medios públicos donde se atacaba a la oposición y que al mismo tiempo están en crisis grupos mediáticos afines a los que financió durante su gobierno con un manejo discriminatorio de la pauta oficial. Esta errática política de comunicación derivó en el vaciamiento del Grupo 23, del empresario ultra-kirchnerista Sergio Szpolski.

Este grupo, que creció de manera exponencial durante el kirchnerismo, tiene 800 empleados y fue el que más publicidad oficial recibió en los últimos años, a pesar de que sus medios no son los que más audiencia o ventas generan, sino todo lo contrario. En contraste, el grupo Perfil –que edita la revista Noticias- no recibió durante años pauta oficial.

Los periodistas de Radio América y el diario Tiempo Argentino, del Grupo 23, no cobraron sus sueldos de diciembre ni el medio aguinaldo.  Según trabajadores consultados por EL TELÉGRAFO, la caída abrupta en la pauta oficial derivó en un vaciamiento empresario en detrimento de los empleados.

Con los medios públicos administrados por el macrismo y la crisis financiera que comienza a azotar a aquellos alineados con el kirchnerismo –y que carecen de la masividad de los medios tradicionales que tienen a su favor un enorme poderío económico-, las voces críticas empiezan a apagarse. Hay denuncias de ataques a la libertad de expresión, censura, caza de brujas y “deskirchnerización” mediática.

El ejemplo más contundente es la campaña lanzada en la web contra la telenovela “La Leona” -que se estrena este lunes en el canal Telefe-  con el hashtag #DecileNoALaNovelaLaLeona. ¿El motivo? Está producida y protagonizada por Pablo Echarri y Nancy Duplá, pareja en la vida real a la que solía verse en todos los actos de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

“Apoyo esta moción!! Basta de estas ratas kirchneristas”, dijo uno de los mensajes de apoyo al boicot en Twitter.

La actriz Dolores  Fonzi , expareja del actor mexicano Gael García Bernal y que actúa en la serie, denunció una “especie de cacería de brujas que me parece infantil y que no sirve para nada. Espero que enfilemos hacia un país libre y no al revés, que las cosas se sigan haciendo bien como se venían haciendo, sobre todo en lo referido a la libertad de expresión. Me parece que eso no está sucediendo ahora”.

Pero hay otras cuestiones. El reconocido periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, identificado con el kirchnerismo, fue despedido de Radio Continental después de 20 años y denunció censura.  El despido “está en el contexto de una situación agobiante, asfixiante, terrible para la democracia, para la libertad de expresión en la República Argentina”, dijo.

Y agregó: la radio “está atada a la necesidad de pauta publicitaria que la maneja solamente un Gobierno (nacional, provincial y de la capital, en poder del macrismo). Lo que viene es un periodismo absolutamente alineado con los intereses de la empresa”. (I)

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