Los argentinos padecen estos días una agobiante ola de calor que ha llevado a las autoridades a declarar  “alerta amarilla” y pedir que se extremen las precauciones, mientras la falta de lluvias genera una severa sequía que afecta las cosechas.

Agricultores de Argentina amenazaron ayer con realizar medidas de fuerza si el Gobierno no asiste financieramente a los productores rurales afectados por la severa sequía que azota al país.

El consejo directivo de la Federación Agraria Argentina (FAA), una de las cuatro patronales agrarias del país, se reunió ayer  para definir la posición que hoy  llevará a la reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria, convocada por el Ministerio de Agricultura argentino.

Según informó la agrupación en un comunicado, en el encuentro los dirigentes rurales reclamarán al Gobierno fondos extraordinarios de ayuda para pequeños productores afectados por la prolongada falta de lluvias, que parcialmente se cortó este martes con la caída de precipitaciones en varios puntos del país.

Pero el ministro argentino de Agricultura, Norberto Yauhar, anticipó este lunes que no se crearán fondos especiales para asistir a los productores afectados sino que se actuará con los fondos ya presupuestados para la emergencia agropecuaria.

Mientras tanto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) renovó la alerta que rige desde el lunes ante las extremas temperaturas que azotan a la capital argentina y sus alrededores, y que se agravan ante la alta humedad de Buenos Aires.

Los pronósticos estiman además que las temperaturas se acercarán a los 40 grados, aunque la térmica (medición que tiene en cuenta la humedad) superará nuevamente esta cifra.

En el centro y norte del país, las temperaturas llegaron a superar los 40 grados en las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca. Ante el extremo calor, en Buenos Aires es ya una estampa habitual ver a los porteños remojándose en las fuentes o resguardándose bajo la sombra de los árboles en parques y plazas.

El Ministerio de Salud emitió una serie de recomendaciones para evitar descompensaciones y golpes de calor ante las extremas temperaturas, entre ellas, consumir mucha agua y evitar las comidas abundantes y las bebidas alcohólicas o las infusiones calientes.

Recomiendan además protegerse del sol con cremas de factor 15 como mínimo, con el uso de sombreros o sombrillas, así como de ropa suelta, de materiales delgados y colores claros, a la vez que piden que se trate de evitar los ejercicios físicos al aire libre.