La fuerte explosión que se registró este martes en un edificio de diez pisos ubicado en el centro de la ciudad de Rosario, en Argentina, causó la muerte de ocho personas y heridas a otras 63. La alcaldesa de la localidad, Mónica Fein, señaló que el hecho se produjo por una fuga de gas, aunque añadió que "será la Justicia quien deberá determinar los motivos".

La cifra de víctimas mortales podría aumentar ya que todavía hay personas desaparecidas que podrían estar atrapadas entre los escombros, indicaron las autoridades.

El ministro de Salud de la provincia de Santa Fe, Miguel Ángel Cappiello, explicó que los heridos fueron trasladados a cuatro hospitales de Rosario, donde están siendo atendidos, en su mayoría, de fracturas múltiples, politraumatismos y contusiones.

Los equipos de rescate continuaban trabajando en la búsqueda de posibles nuevas víctimas entre los escombros del bloque de viviendas donde se produjo la fuerte detonación, que afectó a otros edificios de la zona debido a la onda expansiva. Los vecinos indicaron que pudo escucharse en más de cuarenta manzanas a la redonda.

Las autoridades describieron el escenario en el centro de la ciudad como "de destrucción masiva". El fuerte estallido obligó también a desalojar once escuelas próximas al área del siniestro como medida de precaución.

En declaraciones a la agencia oficial Télam, el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Energas), Antonio Pronsato, precisó que "apenas se despeje la zona comenzará el peritaje técnico para determinar las causas y con ello las responsabilidades".

Mientras, la Fiscalía ha ordenado la intervención del sistema informático de la empresa distribuidora Litoral Gas, de capitales belgas y argentinos, para comprobar si algún vecino realizó alguna llamada denunciando una fuga de gas antes de la explosión.