Argentina expuso este viernes 26 de octubre, después de la aprobación por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) de una ampliación del acuerdo inicial, su intención de "redoblar los esfuerzos" en materia fiscal para reducir a cero el déficit primario el próximo año, y así "poder vivir dentro de sus posibilidades".

"Tenemos la intención de redoblar nuestros esfuerzos para fortalecer nuestra posición fiscal, lo que ya se encuentra exitosamente encaminado (..), de modo tal de poder vivir dentro de nuestras posibilidades y equilibrar nuestro presupuesto en 2019", subrayó la carta de intención dirigida a la directora del Fondo, Christine Lagarde.

El escrito, firmado por el ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, contiene una actualización del memorándum acordado el pasado junio, en la que se contempla que la reciente volatilidad del mercado es "un mensaje claro" de que el país sudamericano "puede gastar solo lo que recauda en impuestos".

El Ejecutivo argentino achacó las tensiones de los mercados cambiario y de deuda "en parte a condiciones globales inhóspitas para las economías emergentes y, en parte, a las dificultades políticas internas suscitadas por la investigación en marcha por actos de corrupción durante la Administración anterior", en referencia a la causa judicial conocida como "de los cuadernos".

A finales de abril, el peso argentino inició un desplome que terminó en una petición de rescate, que calmó temporalmente la volatilidad hasta que en agosto se volvieron a replicar las tensiones, por lo que el Gobierno que preside Mauricio Macri solicitó adelantar y ampliar los desembolsos del Fondo, una medida que hoy recibió el visto bueno del directorio del organismo.

El nuevo memorándum prevé intensificar el ajuste para eliminar el déficit fiscal primario en 2019, un plan sobre el que el Ejecutivo argentino destacó que "líderes políticos de todo el espectro político, incluidos los gobernadores provinciales y los principales representantes en el Congreso, ya han expresado su apoyo".

En política monetaria, Argentina reconoce que su anterior sistema de metas de inflación "no ha dado los resultados deseados", por lo que, aunque creen que es el régimen "apropiado" si consiguen reducir la inflación, se decidió la congelación de la base monetaria, un "enfoque más simple que puede arrojar resultados a corto plazo".

Además, las tasas de interés tendrán se mantendrán como mínimo en el 60 % hasta que las expectativas de inflación caigan "decisivamente", una política muy restrictiva con la que las autoridades argentinas esperan que "con el tiempo, aumente la confianza en el peso y la tasa de inflación caiga rápidamente".

Con respecto a la banca, los titulares de Economía y el Banco Central aseguraron que sus riesgos son "limitados" por el "pequeño" tamaño del sector, su alto nivel de capital y activos líquidos y su limitada exposición al soberano, aunque por la caída del peso seguirán de cerca al sector para "responder con prontitud a cualquier signo de deterioro".

Desde el Gobierno argentino prevén que las políticas de ajuste tenga "implicancias para el crecimiento económico", y vaticinan que el PIB se mantenga en números rojos trimestre a trimestre sea negativo hasta el primer trimestre de 2019.

No obstante, afirmaron que el "restablecimiento de la estabilidad" y la disminución del déficit propiciarán una "recuperación en forma de V -un fuerte rebote del PIB -a partir del segundo trimestre de 2019".

El FMI aprobó hoy ampliar la asistencia financiera al Gobierno argentino hasta los 56.300 millones de dólares, un acuerdo que se había anunciado en septiembre y que estaba pendiente de aprobación.

"El directorio ejecutivo aprobó una ampliación del acuerdo Stand-By que incrementa el acceso hasta aproximadamente 56.300 millones de dólares", apuntó el FMI en un comunicado después de que los altos cargos del organismo se reunieran hoy en Washington. (I)