Familiares y allegados a las víctimas de un accidente ferroviario que causó 51 muertos y más de 700 heridos realizaron este jueves una ruidosa protesta en el centro de Buenos Aires, cuando se cumple un mes de la tragedia que puso sobre el tapete el pésimo estado del sistema de trenes.

Con golpes de cacerolas, silbatos y bocinas, los manifestantes recordaron durante dos minutos a las víctimas y reclamaron justicia para el esclarecimiento del accidente ocurrido el pasado 22 de febrero, cuando un tren chocó al final del andén de la estación de Once, en la capital argentina.

"La idea es que el sonido mantenga despierta la necesidad de justicia y de encontrar a los responsables. Necesitamos que esto se esclarezca", señaló Paolo Menghini, padre del joven Lucas Menghini Rey, uno de los fallecidos de la tragedia.

Además, allegados a las víctimas leerán hoy un documento en la Plaza Miserere, frente a la terminal donde ocurrió el accidente, en tanto que la Iglesia católica convocó a participar de una misa en la localidad bonaerense de Moreno.

"Esperamos que nos acompañen los ciudadanos con la única bandera, como siempre, del pedido de justicia y sin identificaciones políticas, sindicales o sociales", destacó Menghini.

Por su parte, un grupo de familiares de las víctimas presentó en los tribunales de Buenos Aires un pedido para que se realice la "inmediata reconstrucción del hecho".

El pasado martes, el Gobierno argentino prorrogó por quince días la intervención dispuesta a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) luego de la tragedia.

La intervención, a cargo del Ministerio de Planificación, apunta a "asegurar la continuidad y regularidad del servicio público y garantizar la seguridad de los usuarios", señala un comunicado oficial.

El juez Claudio Bonadío, a cargo de la investigación, ha prohibido la salida del país de Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte en el momento del accidente y quien dimitió a comienzos de mes a causa de que padece una enfermedad cardíaca, según se informó oficialmente.