Macri logra un respiro, pero la inflación acecha
Y al noveno día el dólar cedió. El gobierno de Mauricio Macri logró finalmente un respiro en medio del caos provocado por la maxidevaluación del peso y se abocará este fin de semana a preparar una serie de medidas para intentar destrabar, a partir del lunes, esta bomba de relojería cambiaria.
La moneda estadounidense cerró este viernes 31 de agosto a 38,88 pesos (con variaciones de acuerdo a distintos bancos y casas de cambio), con una caída de alrededor de un peso (2%).
La cotización del Banco Nación, que oferta los billetes más baratos, cerró entre 37,40 y 38,20 para la compra y venta. De esa manera se puso un freno a ocho jornadas de alza consecutivas y después de dos días de máxima tensión en los que el dólar pasó de 32,50 el martes a rozar los 42 pesos el jueves, con una devaluación que llegó a orillar el 20%.
El alivio llegó después de que el Banco Central salió a ofertar, en tres subastas distintas, casi $ 675 millones, aunque solo vendió $ 250 millones.
Pero esta calma en medio de la tormenta en que ha caído el país austral contrastó con una verdadera psicosis en la población que ve cómo los precios virtualmente “desaparecieron” ante una inminente corrida inflacionaria provocada por la maxidevaluación de la moneda.
Si antes del desplome del peso la inflación proyectada para este año era superior al 30% -lejos del 17% soñado por el Gobierno-, ahora los argentinos se toman la cabeza. La mayoría de los precios se asentaban en $ 1 a 32 pesos antes de esta crisis, por lo que se espera un fuerte impacto inflacionario con salarios estancados y el consiguiente aumento de la crisis social, la conflictividad gremial (con una huelga general ya convocada por las tres centrales sindicales el 24 de septiembre) y la pobreza.
Incertidumbre
Aníbal Torres, un vendedor mayorista de artículos de librería que suele visitar a diario a sus clientes por toda la ciudad y sus alrededores, decidió no trabajar este viernes. La razón era simple: tenía “stock” de mercaderías, pero no precios, como la gran mayoría de los comerciantes argentinos que viven una enorme incertidumbre.
Poco antes de tomar la decisión de quedarse en su casa, este comerciante recibió un mensaje de audio de una cliente de la periferia oeste del Gran Buenos Aires.
El mensaje, con un tono de profunda tristeza, resumía la angustia que viven hoy millones de argentinos: “Le quería avisar que me estoy yendo del negocio... No hay precios, se volvieron todos locos, no entregan mercaderías”.
Y agregó: “Esto es una locura. No me entregan mercaderías de yeso desde hace dos meses, y si pido un precio me lo duplican. No me entregan madera porque dicen que prefieren quedársela antes que darla. No nos quisieron pasar precios de metal ni del alambre. Lo que vendí no sé si gané o perdí porque como nadie me pasa precios no sé cómo estoy vendiendo las cosas. Es tremendo. Ojalá que se arregle. Hay mucha gente que con esto la va a pasar muy mal. Y eso sí es una tristeza”.
Torres, de 54 años, se dio cuenta de que no valía la pena esta vez salir a la calle. “Yo tampoco tengo precios”, cuenta a EL TELÉGRAFO.
Es que ningún comerciante ni productor sabe a cuánto vender su mercadería. Por lo pronto el nuevo mes comenzaba este sábado con aumentos de entre 6% y 7% en los combustibles. General Motor, en tanto, anunció incrementos del 20% en los modelos de sus autos Chevrolet.
El panorama es desolador. Proveedores de insumos rechazan pedidos, las listas de precios están paralizadas y las pocas entregas de productos se refacturan al ritmo del dólar. Pero no solo el comercio vive días de angustia. También la actividad industrial amenaza una parálisis por falta de insumos o precios de referencia. Por eso muchos establecimientos cerraron sus puertas, al menos hasta el lunes próximo cuando el ministro de Finanzas, Nicolás Dujovne, prometió un paquete de medidas para contrarrestar la crisis, entre ellas se baraja un mayor ajuste y la posibilidad de volver a aplicar retenciones a las exportaciones de granos.
Mientras tanto, Dujovne viajará a Washington para buscar la protección del Fondo Monetario Internacional (FMI), que accedió a adelantar $ 29.000 millones del préstamo de $ 50.000 ya acordado para alejar el fantasma de un default. Habrá que ver ahora si los mercados se calmaron y le dieron una tregua al presidente o si solo se tomaron un respiro a la espera de esas “medidas” que promete el Gobierno.
Analistas estimaban que, para calmar definitivamente las aguas, Macri debería “sacrificar” a parte de sus funcionarios más cercanos, en especial al cuestionado jefe de gabinete, Marcos Peña.
“Cuando Peña habló el jueves 30 de agosto por la mañana afirmando que no habría cambios y que el plan económico no había fracasado –dijo a EL TELÉGRAFO un operador de una casa de cambios que pidió mantener su anonimato- el dólar trepó a 42 pesos”. Los mercados le dieron a Macri un fin de semana para repensar la crisis. (I)
Economía
Depreciación
Afectada por el contexto internacional, Argentina lucha contra la depreciación de su moneda, el peso, y la inflación, pero desde que empezó el año el peso ha perdido más de 50% y no parece que haya aún un freno.
1 por ciento es la proyección de crecimiento de la economía para este año, según el Gobierno.
Préstamo
El país acordó en junio con el FMI un acuerdo stand-by a 3 años por 50.000 millones de dólares, del cual ya recibió 15.000 millones, en medio de una corrida cambiaria que comenzó en abril. (I)