Buenos Aires.-

La presidenta argentina, Cristina Fernández, encabezó ayer el recibimiento en el puerto de Mar del Plata (400 km al sur) de la fragata Libertad, que estuvo 78 días retenida en Ghana por el embargo de un fondo especulativo, en un regreso épico que el Gobierno exhibe como una victoria de su gestión.

La nave insignia, que desde 1963 realiza tareas de instrucción, volvió a soltar amarras en virtud de un fallo del Tribunal Internacional de Derecho del Mar, que ordenó el 15 de diciembre su liberación inmediata e incondicional.

Miles de turistas que en el verano austral pueblan Mar del Plata, el mayor balneario de la costa atlántica argentina, se movilizaron hasta las playas y cerca del puerto para saludar la llegada del buque insignia de la Marina argentina.

Cerca de un centenar de familiares de marinos, entre ellos muchos críticos del Gobierno, se trasladaron hasta Mar del Plata para participar del acto.

Al mediodía de ayer la fragata estaba apostada a unos 8 km de la costa frente a la llamada Ciudad Feliz a la espera de hacer el ingreso triunfal al puerto, donde fue recibida por un coro que entonó “Aurora”, himno a la bandera.

Unas 150 embarcaciones, entre estas veleros deportivos y barcos pesqueros, escoltaron el ingreso al puerto de Mar del Plata, como parte de la ceremonia. No es la primera vez que el buque toca la costa marplatense, ya que anualmente lo hace desde 1998, pero sí es inédita la fiesta, con fuegos artificiales a toda pompa, organizada por la Unidad del Bicentenario del Gobierno.

Del buque bajaron 143 marinos, 98 enviados especialmente a Ghana para regresar en la nave, más los que permanecieron en la fragata tras el embargo, de un total de 326 tripulantes que iniciaron el viaje de instrucción el pasado 2 de junio y de los cuales la mayoría regresó en avión antes de tiempo.

La liberación del buque embargado en Ghana, sin mediar pago alguno, es considerado por el Gobierno como un triunfo, por lo que Fernández decidió que su recepción se haga en Mar del Plata.

En octubre, con el buque recién embargado, la jefa de Estado había advertido que Argentina no iba a “aceptar extorsión de ningún tipo” y se negó a pagar una fianza de 20 millones de dólares que pedía Ghana para que la fragata volviera a surcar el mar. “Mientras yo sea presidenta se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad, la soberanía  y la dignidad de este país no se va a quedar ningún ‘fondo buitre’ ni nadie”, dijo en aquel momento la mandataria.