Buenos Aires.- Los habitantes de La Plata, capital de Buenos Aires, el mayor distrito de Argentina, que tras una tormenta quedó prácticamente bajo agua la noche del martes, no se resignan a la pérdida de sus familiares, amigos y junto a los equipos de rescate continúan la búsqueda de al menos 20 personas desaparecidas.   

El temporal dejó varias zonas de esta localidad sumergidas bajo dos metros de agua y con un trágico saldo de 49 personas fallecidas,  de las cuales 34 fueron identificadas y de ellas 22 cuerpos entregados a sus familiares. En tanto, seis murieron en la ciudad de Buenos Aires y otras dos en su periferia, elevando a 57 el número  total de víctimas.

La situación es tan crítica que el gobierno argentino decretó el miércoles tres días de duelo nacional por las víctimas, incluso el Papa argentino Francisco, que hasta su elección fue arzobispo de Buenos Aires, expresó su pesar por la tragedia y pidió a las instituciones públicas que refuercen su asistencia a las decenas de miles de personas que se quedaron sin hogar.

“La Plata parece una ciudad después de una guerra. Generalmente acá llueve como máximo 80 milímetros en abril, pero ahora fueron más de 300 en cinco horas. Lo que pasó fue peor que un huracán”, sentenció el intendente Pablo Bruera en diálogo con Radio Vorterix.

“Perdí todo. Tengo casi 100 mil pesos inundados entre equipos de kinesiología, camillas y otros electrodomésticos. Todavía no lo creo”, cuenta María Pancheri, una doctora que lloró tras ver su consultorio sumergido en el agua.

Bruera explicó que ahora se  priorizan las tareas humanitarias y se concentran en las zonas que fueron más afectadas: La Loma, Tolosa y Ringuelet, donde el agua llegó a casi dos metros de altura. “En este momento hay más de 750 efectivos buscando personas en los arroyos por las dudas de que haya alguien atrapado”, informó ayer el gobernador Daniel Scioli.

Además, toda la comunidad está movilizada en ayuda de los damnificados. A los 33 centros oficiales dispuestos por el gobierno provincial y la comuna se incorporan clubes, gremios y particulares. Se receptan mantas, colchones, alimentos perecederos y agua envasada, señaló el diario El Clarín.

Scioli detalló que las personas evacuadas en la zona de La Plata descendieron de 2.500 a 1.000, pues los habitantes de los barrios menos afectados comenzaron ayer a regresar de a poco a sus hogares, a pesar de que todo quedó destruido por el barro y el agua.

Además, alrededor de 25.000 viviendas seguían ayer sin luz en esta ciudad de 900.000 habitantes, dijo el jefe de Gabinete del municipio, Santiago Martorelli.

Las causas

El entubamiento subterráneo de arroyos de llanura y construcciones indiscriminadas de edificios, sumados al cambio climático, son las principales causas de estas trágicas inundaciones, consideran expertos. “Las inundaciones en Buenos Aires y La Plata tienen orígenes semejantes porque son ciudades que no tuvieron en cuenta a ninguno de los arroyos que existían en el terreno donde se levantaron”, explicó el arquitecto Roberto Livingston.

El también profesor de posgrado dijo que “para algunos arquitectos los cursos de agua son molestias y suelen entubarlos. Pero a los ríos no les gusta correr dentro de cañerías, como sucede con varios cursos de agua debajo de la capital argentina”. Este entubamiento de arroyos estrecha el escurrimiento de las aguas durante las tormentas intensas”, agregó Livingston.

Un informe del Centro de Estudios Ambientales de Buenos Aires señala que un gran número de inundaciones en el país son detonadas por lluvias que, en ocasiones, suelen provocar el desborde de los cursos de agua (ríos Matanza, Riachuelo, Reconquista, Luján; arroyos Maldonado, Unamuno, Las Piedras, Las Perdices, Santo Domingo, Santa Catalina, del Rey, Pavón, entre otros).

El ambientalista Osvaldo Guerrica  apuntó que la construcción de torres en barrios de casas bajas de Buenos Aires acentúan el problema. Mientras Matilde Rusticucci, directora del departamento de Ciencias de la atmósfera y los océanos de la Universidad de Buenos Aires, ubica al fenómeno en el contexto de cambio climático global con un aumento de la intensidad y “hay que prepararse para enfrentarlos”.