Argentina asegura no haber caído en un default, pero ¿qué es esto?
En este 2014 Argentina agotó el plazo para pagar a los fondos buitre o fondos de capital de riesgo de inversión libre que se invierten en una deuda pública de una entidad que se considera cercana a la quiebra. Por esto, el país podría caer en un estado de default, cosa que no ocurre desde el 2001, cuando se dio la mayor crisis de la historia de la vecina nación del sur.
Sin embargo, ¿Qué es un default? Un default es una suspensión de pagos. Esto sucede cuando una entidad no dispone de liquidez suficiente para hacer frente al pago de la deuda que ha contraído con sus acreedores. En este caso la entidad es un país y sus acreedores son los ya conocidos fondos buitres.
En este suceso también interviene el juez estadounidense Thomas Griesa, debido a que la compra de la deuda se diseñó bajo la jurisdicción norteamericana. Griesa bloqueó cualquier intento de pago a los deudores que sí aceptaron la quita hasta que el otro 7% no consiga su pago también.
De no pagar la deuda a tiempo, Argentina no podrá colocar sus bonos en el mercado internacional y hasta el momento el país no podrá tener calma hasta enero de 2015, cuando prescriban los derechos de los acreedores a reclamar la cláusula RUFO (Derechos Sobre Futuras Ofertas, por sus siglas en inglés), lo cual permitiría a ellos que también les paguen el precio total de la deuda que habían adquirido.
El gobierno argentino asegura que no existe ningún default, debido a que no cabe cesación posible cuando el propio estado sigue pagando voluntariamente a sus deudores.
"No es default porque Argentina paga. El default de un país es la consecuencia de los problemas de un país, de solvencia, de divisa... no la causa. Que el juez impida cobrar es un problema que carga sobre las espaldas del juez, no relativo a la posición del país", dijo ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner insiste en que seguirá pagando sus deudas, y califica el término de "default selectivo" como un "eufemismo, una situación novedosa e insólita".
Más allá de los fondos bloqueados por Griesa, existen otros acuerdos por los que Argentina podrá seguir pagando a otras instituciones, como la española Repsol -indemnizada por la nacionalización de YPF- o el Club de París -al que Argentina pagó US$650 millones apenas esta semana-.
Según Kicillof, Ministro de Economía de Argentina, durante las discusiones, Argentina ofreció a los fondos NML Capital y Aurelius entrar en el canje en "similares condiciones de las que entraron los bonistas de 2005 y 2010".
"Realizamos esta oferta. Lo que les ofrecimos en términos de ganancias es 300%. No fue aceptada porque quieren más y lo quieren ahora", concluyó.
Durante las últimas horas circuló una versión de la participación de bancos privados argentinos para comprar los bonos en poder de los litigantes y recibir luego títulos nuevos en dólares del gobierno, sin intervención estatal y evitando la aplicación de la cláusula RUFO, según la prensa de Buenos Aires.
Los bancos habrían ofrecido también aportar una garantía de 250 millones de dólares como otra forma de destrabar las negociaciones.
"Los banqueros argentinos tienen en sus activos bonos del canje y otros bonos cuyo valor podría estar amenazado por una situación como ésta. Así que hay muchos terceros que podrían tener interés en remediar esta situación", afirmó Kicillof de manera misteriosa.
Según los analistas, una de la primeras consecuencias de un nuevo default sería alejar de forma duradera al país del acceso a los mercados internacionales de capitales, de los que está excluida desde 2001 y a los que trataba de regresar.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, había minimizado el martes el impacto: "Argentina ha estado fuera de los mercados financieros por mucho tiempo y aunque el default siempre es lamentable no creemos que tenga mayores consecuencias sustantivas fuera del país".