El país austral se endeudará para desembolsar $ 12.500 millones
Argentina aprueba plan para pagar 'fondos buitre'
Miles de despidos, ‘tarifazos’, elevada inflación, ajuste, protestas y un millonario endeudamiento. El gobierno derechista de Mauricio Macri se mueve en un terreno cada vez más resbaladizo. Este jueves festejó un rotundo triunfo político con la aprobación en el Senado de mayoría opositora del pago de $ 12.500 millones a los ‘fondos buitre’. Pero sufrió al mismo tiempo la toma del palacio de Hacienda por parte de sus empleados en rechazo a una nueva oleada de 100 despidos en ese ministerio.
La protesta le dio a los trabajadores una victoria simbólica: el ministro de Transportes, Guillermo Dietrich, debió cambiar de improviso la sede del acto de anuncio del ‘tarifazo’ en los pasajes de ómnibus, trenes y metro. El funcionario tuvo que improvisar su rueda de prensa en la Casa Rosada. Los nuevos aumentos llegan al 100% e incluyen ‘tarifas sociales’. El boleto de ómnibus pasa de $ 0,20 a $ 0,40 y de trenes de $ 0,13 a $ 0,26. El metro sufrirá un aumento del 66%: irá de $ 0,30 a $ 0,50.
‘No soy un ñoqui, no soy un grasa, soy un trabajador’, se leía en pancartas que levantaron empleados del ministerio que tomaron virtualmente el edificio. El Gobierno acusa a los despedidos de ser ‘ñoquis’ (pipones) o ‘grasa militante’ del kirchnerismo, lo que es rechazado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
Pero Macri tenía motivos para sonreír. Logró dividir al kirchnerista Frente para la Victoria en el Senado, tal como lo había hecho en la Cámara de Diputados. El polémico proyecto para pagar a los holdouts fue aprobado en la madrugada de este jueves por 54 votos a favor (más de dos tercios de la cámara) y 16 en contra, todos del kirchnerismo. Pero esta fuerza tiene 42 senadores: 26 de ellos votaron a favor de la medida y ahondaron la división que sufre la alianza que gobernó el país hasta el 10 diciembre.
El jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Pichetto, votó junto al oficialismo y dejó en claro la crisis que enfrenta el espacio. “Cuando la presidenta (Cristina Fernández) se fue (...) nos dijo: ‘Hay que tratar de ayudar al Gobierno, no hay que bloquear. Ahora viene un debate mucho más horizontal’. Y, bueno, yo he recuperado la capacidad de pensar y reflexionar y de decir lo que realmente pienso. Ya no estoy atado por las obligaciones que me determinaba ser gobierno y oficialismo”.
El proyecto incluyó la derogación de las leyes Cerrojo y Estado Soberano, aprobadas durante el kirchnerismo, que impedían ofrecerles a los ‘fondos buitre’ mejores condiciones que a los bonistas que ingresaron en las dos reestructuraciones de la deuda en 2005 y 2010 y que tuvieron quitas de hasta el 65%. Ahora, el Gobierno podrá tomar deuda en los mercados internacionales con bonos a 10, 15 y 20 años para pagarles a los holdouts que tras un fallo favorable del juez neoyorquino Thomas Griesa obtendrán ganancias superiores al 1.000%.
Según fuentes de Hacienda, bancos internacionales ya ofrecieron préstamos a tasas de 8% a 8,5% anual para conseguir los $ 12.500 millones que el Gobierno necesita para saldar la deuda con los fondos especulativos. Hasta hoy, Argentina está fuera de los mercados internacionales. Las fuentes especulan que, en un futuro próximo, el país podrá tomar deuda a tasas de 5% anual, como hacen países vecinos. El Gobierno ya anunció su interés en tomar deuda para planes de desarrollo e infraestructura.
Pero el pago a los ‘fondos buitre’ trae consigo dudas. En principio, no todos estos fondos especulativos llegaron a un acuerdo con el Gobierno. Y en segundo lugar, la oposición teme que el 93% de los acreedores que aceptó los canjes de deuda de 2005 y 2010 litigue en tribunales internacionales -a pesar de que esa prerrogativa llamada cláusula RUFO venció a fines de 2014- para obtener el mismo trato que los holdouts.
“Decir que no rige la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers) no nos protege del peligro de que el 93% venga a reclamar lo mismo que lo pactado con los holdouts”, dijo Axel Kicillof, exministro de Economía.
Esta mezcla de endeudamiento, despidos y tarifazos están causando cada vez más malestar en la sociedad. “Se terminó la luna de miel”, proclamó el gremialista Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, titular de la rama llamada Azopardo de la Confederación General del Trabajo (CGT), una de las tres en que está dividido el movimiento obrero. “En 100 días, lo único que produjo el gobierno de Macri en economía son 1.000 despidos por día”, dijo Kicillof.
El gobierno de Macri ha afirmado que las duras medidas adoptadas en el primer tramo de su gestión son consecuencia de una “pesada herencia” con elevada inflación, recesión y manipulación de datos oficiales. Este miércoles el oficial Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) anunció que en 2015 la economía argentina creció 2,1%. (I)