Alianza del Pacífico: ¿El nuevo club neoliberal?
La VII cumbre de la Alianza del Pacífico en Cali revitalizó el debate sobre los diversos enfoques planteados para América Latina en materia de Acuerdos de Cooperación Regional.
Las palabras del anfitrión, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, evidenciaron el intento por romper con los modelos predecesores e instalar lo que él llamó el nuevo “motor” de la economía regional. El grupo (fundado por México, Chile, Perú y Colombia) incorporó como miembro pleno en esta cumbre a Costa Rica, también participaron como observadores Uruguay, España, Canadá, Panamá y Guatemala.
De los discursos que circularon en la cumbre se desprendió la intención de profundizar el proceso de negociación arancelaria, destinado a cumplir la anhelada meta del libre mercado, en desmedro de las demandas sociales o las asimetrías entre las economías involucradas.
La tarea del corto plazo implica la liberación del 90% de aranceles en forma poca discriminada, permitiendo crear un mercado de más de 90% de los bienes y servicios fluirá entre los países miembros de la Alianza del Pacífico sin ningún tipo de arancel millones de personas sin incluir los observadores, con una tendencia a la desregulación estatal en sectores estratégicos: de tipo agrícola o en los recursos naturales; un retorno al proceso de reestructuración neoliberal que tomó fuerza desde la década del 70 al 90 (época dorada de los Chicago Boys), propuesto como alternativa al cepalismo de Prebisch acusado de proteccionista bajo el modelo de industrialización por sustitución de importaciones.
La cumbre coincidió con el papel activo de América Latina, en la agenda económica para el segundo período del gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Diversas cumbres se han celebrado con la región, que ha involucrado al propio Obama, que recientemente visitó México y Centroamérica.
La nueva estrategia de Estados Unidos con los Tratados de Libre Comercio (TLC) es contener a ChinaAlgunos especialistas en el tema geopolítico señalan que la nueva estrategia de Estados Unidos con los Tratados de Libre Comercio (TLC) es contener a China, que demostró fuerza con una diplomacia activa a nivel global. La visita del vicepresidente chino, Li Yuanchao, se sumó a una nueva del propio XI Jinping que escogió América Latina en el marco de su primera visita oficial a Estados Unidos y su segunda gira internacional como presidente. La creciente inversión china en América Latina implica los sectores mineros y energéticos, pero se ha diversificado la infraestructura y con una abundancia financiera ha permitido a algunos países escapar de la hegemonía del Fondo Monetario Internacional para la capitalización. El nuevo club neoliberal recurre a la versión neorrealista de los ACR (Acuerdos Comerciales Regionales) con la fórmula de los TLC en antagonismo a la última década en la que las propuestas como la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA) marcaron la agenda de ruptura en las relaciones con las transnacionales, que privilegia la participación del Estado y abre posibilidad a la participación de los movimientos sociales.
El golpe de Estado en Honduras abrió la primera fisura a la integración “soberana” en Centroamérica y completada con el golpe en Paraguay, dirigidos a frenar la exportación del modelo impulsado por Chávez y, bloquear su acceso al Mercado Común del Sur (Mercosur) donde aún se enfrenta a la amenaza de la derecha paraguaya. La mayoría de los miembros de la Alianza del Pacífico está incorporado en forma bilateral al TLC con EE.UU., permitiendo mantenerse como “cabeza de playa” a lo largo del continente, adicional cuentan con su venia para el ingreso al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) como satélites para el control geoestratégico del pacífico asiático.
La nueva estrategia de Estados Unidos con los Tratados de Libre Comercio (TLC) es contener a ChinaEn la Cumbre del Mar del Plata de 2005, los movimientos sociales con la anticumbre exigieron la sepultura del modelo neoliberal que Bush intentó imponer con la Alianza de Libre Comercio para las Américas (ALCA). La resistencia de gobiernos progresistas atajó el desmantelamiento estatal, recuperando el control de los recursos naturales. ¿Una resurrección del ALCA?, el control sobre México a través del Tratado de Libre Comercio de América Latina (Tclan), la injerencia militar en Colombia, el manejo casi absoluto de Centroamérica con el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, EE.UU. y República Dominicana (DR-Cafta), indican el estado de robustez de los dispositivos de vigilancia de carácter militar y político de EE.UU. en algunas regiones del continente. Pero esa salud tiende a empeorar cuando la decadencia del capitalismo anglosajón reduce a promesas las ventajas de sus TLC, la quimera del crecimiento por el libre mercado convierten solo en optimismo las palabras de Santos en Cali, un peón en el tablero geopolítico de la partida que libran EE.UU. vs. China, olvidando en su rompecabezas económico el papel vital de Brasil en la región, como parte de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
DATOS
El 55% de las exportaciones latinoamericanas es controlada por Chile, Colombia, Perú y México (200 millones de habitantes), países con los que inicialmente se constituyó la Alianza del Pacífico. Recientemente se unió Costa Rica.
Los cuatro países juntos representan la cuarta economía mundial y la séptima potencia exportadora.
Tres son los retos que ahora deben enfrentar estos países en vías de desarrollo: ordenar su economía, equilibrar su presupuesto y pagos internacionales, para no tener endeudamiento externo exagerado.