Al Qaeda alistaba nuevos atentados en EE.UU.
Militantes de Al Qaeda preparaban nuevos ataques tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, antes de ser detenidos y enviados a Guantánamo, según documentos filtrados por WikiLeaks.
The New York Times, uno de los medios de comunicación que tuvo acceso a los documentos filtrados por el sitio web WikiLeaks, publicó ayer que un pequeño grupo cercano al cerebro de los atentados del 11-S, Jalid Sheij Mohammed, intentaba realizar ataques con armas de destrucción masiva.
Según el Times, Saifullah Paracha, de 63 años, uno de los 172 presos aún detenidos en Guantánamo, pretendía ingresar explosivos plásticos a Estados Unidos en contenedores con ropa de mujer y de niño.
El “detenido deseaba ayudar a Al Qaeda al hacer algo grande en contra de Estados Unidos”, dijo uno de los conspiradores, Ammar al-Baluchi, a los interrogadores, de acuerdo con los archivos citados por el Times.
Paracha evaluó obtener armas biológicas o nucleares, pero le preocupaba que los detectores en los puertos “dificultaran el contrabando de materiales radiactivos al país”, señala el archivo.
Los documentos filtrados detallan los planes de Mohammed y otros miembros de Al Qaeda, entre ellos, la idea de atacar con aviones la costa oeste de Estados Unidos, hacer volar un apartamento con una fuga de gas, detonar estaciones de gasolina, e incluso cortar los cables que sostienen el puente de Brooklyn en Nueva York, informó el Times.
Supuestamente Mohammed le dijo a sus interrogadores que una bomba nuclear estaba escondida en algún lugar de Europa para detonar si el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, era capturado o asesinado.
También dijo haber creado dos células para atacar el aeropuerto londinense de Heathrow en 2002, con la intención de hacer estrellar un avión secuestrado en una de las terminales.
Según los informes, Paracha continuó planificando ataques tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y, de acuerdo con un documento citado por el Times, afirmó haberse reunido con el científico nuclear Abdul Qadir Khan, padre del programa de armas nucleares de Pakistán.
También llevaba un diario digital que contenía referencias a los efectos de las armas químicas en los seres humanos, según el Times.
Grupos de derechos humanos criticaron la prisión de Guantánamo -creada después de los atentados del 11-S para mantener a los detenidos en Afganistán y en otros lugares- por considerarlo un agujero negro legal.
El Times citó a David Remes, abogado de Paracha, quien negó que su cliente representara un alto riesgo para Estados Unidos.
“La idea de que él alguna vez hiciera algo que justificara su detención, o de que alguna vez haya sido o sea una amenaza para Estados Unidos, es ridícula”, dijo Remes, según el diario.
“Es un hombre de 63 años de edad con una condición cardiaca grave y una diabetes severa, y no ha hecho más que colaborar con las autoridades”.
El presidente Barack Obama ha tratado de cerrar la controvertida prisión de Guantánamo y su gobierno denunció la “desafortunada” revelación de los documentos clasificados.
Presos con graves trastornos
Treinta presos en Guantánamo padecían enfermedades psiquiátricas, depresiones profundas, graves trastornos de personalidad y varios protagonizaron reiterados intentos de suicidio que en algunos casos se consumaron, según las evaluaciones médicas a las que se les sometía en el campo Rayos X al ingresar en el centro carcelario y que ahora salen a la luz, publicó diario El País.
Los documentos secretos del Departamento de Defensa norteamericano a los que ha tuvo acceso este rotativo demuestran que pese a su enfermedad la mayoría pasaron años encerrados antes de ser trasladados a sus países de origen.
La búsqueda de información primó por encima de la salud y como en el caso del afgano Modulá Abdul Raziq solo fueron entregados cuando se comprobó que su lamentable estado impedía obtener información de inteligencia fiable sobre Al Qaeda y sus grupos asociados.