Las lluvias torrenciales causaron al menos 54 víctimas mortales en Argentina, 46 de ellas en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, donde la intensidad de las precipitaciones no tuvo precedentes.

Asimismo en La Plata más de 2.500 personas permanecían evacuadas y distribuidas en 20 centros de emergencia.

En dicha localidad cayeron 400 milímetros de agua en dos horas, una marca histórica, lo que causó que miles de personas quedaran aisladas, sin luz ni teléfono, mientras que las calles de la ciudad se convirtieron en ríos caudalosos.

Debido a la crítica situación, las autoridades resolvieron dar asueto administrativo y educativo.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, indicó que se ha dispuesto un amplio operativo de seguridad, con cerca de 400 policías, para patrullar las áreas inundadas de la capital bonaerense.

También informó que se otorgarán subsidios y créditos "para contribuir a la reposición de todos los bienes patrimoniales que se hayan perdido en este desastre natural".

En algunos barrios de la ciudad de La Plata, principalmente en el de Tolosa, el agua entró en las viviendas alcanzando más de un metro y medio, y cubriendo muebles y automóviles.

Algunos de los fallecidos estaban en la calle o regresaban a sus casas cuando se vieron sorprendidos por el agua.

Las fuertes lluvias en La Plata suceden a otras que dejaron el martes seis fallecidos en la capital argentina y otras dos en su periferia.