Al menos 47 personas han fallecido en los últimos dos días en Siria, 27 de ellas en la localidad de Al Rastan, donde un gran número de soldados ha desertado en protesta por la represión del régimen contra la población, informó hoy a Efe un activista opositor.

Uno de los portavoces de los Comités de Coordinación Local, Hozam Ibrahim, explicó que la violenta ofensiva del régimen de Bachar al Asad contra Al Rastan, en la provincia de Homs, ha llevado a grupos de militares a desertar para proteger a los civiles.

Ibrahim indicó que las comunicaciones en esta localidad están cortadas y que han recibido informaciones, que todavía su grupo no ha podido confirmar, que apuntan a que el régimen ha recurrido al uso de aviones en sus operaciones en Al Rastan, además de a las armas pesadas.

El activista aseguró que no se están produciendo grandes enfrentamientos entre los soldados desertores y las tropas del régimen debido a la desigualdad de armamento existente entre ambos bandos.

Las operaciones militares se han centrado esta semana en la provincia de Homs, donde además de las víctimas de Al Rastan han muerto entre ayer y hoy al menos 12 personas en distintas localidades.

Asimismo, en estos últimos dos días han fallecido, según los datos facilitados por Ibrahim, tres personas en la ciudad costera de Latakia, dos en la provincia meridional de Deraa, y una en Banyas (oeste), Idleb (noroeste) y Hasaka (noreste), respectivamente.

Este recrudecimiento de la represión coincide con el anuncio hecho por el llamado batallón de "Al Harmuch", integrado por uniformados que se han unido a las filas opositoras, de que han matado a ochenta miembros de los "shabiha" (matones del régimen).

En un vídeo difundido por la cadena de televisión emiratí Al Arabiya, un portavoz de ese contingente precisó que sus fuerzas atacaron ayer a siete autobuses que transportaban a los leales al régimen de Al Asad en dos puntos de Idleb en "respuesta al ataque brutal y a las prácticas represivas en Yabal Zauya".

Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente por las restricciones que el régimen sirio ha impuesto a los periodistas para trabajar.

Desde que comenzaran las protestas a mediados de marzo pasado, la represión siria se ha cobrado las vidas de al menos 2.700 personas, de las que un centenar son niños, según las últimas cifras ofrecidas por la ONU.