Los Estudiantes esperan que se concrete el envío de misión de peritos internacionales
Al menos 3.300 casos de desaparecidos se reportan anualmente en México (Galería)
Pancartas con frases como: ¿Y si tu hijo fuera el 44? ¡No están solos, no están solos!, #43 Vivos Ya!..., se mezclan con pequeños carteles con una fotografía de un rostro joven. Estas no pertenecen a ninguno de los normalistas que desaparecieron el pasado 26 de septiembre en Iguala (Guerrero), cuando fueron atacados por policías e integrantes del cartel Guerreros Unidos, sino que corresponden a algunos de los 3.300 casos de desaparecidos que se reportan anualmente en México.
Adrián López Ortiz, director general del Editorial Noroeste, indica a EL TELÉGRAFO que la violencia en México deja un saldo promedio de 60.000 muertos al año, según cifras oficiales.
El caso reciente de los 43 normalistas desaparecidos es el que ha llevado a los mexicanos a movilizarse en el país para exigir el fin de la violencia. Se trata de una campaña nacional que ha despertado la solidaridad mundial.
Desde finales de octubre e inicios de noviembre, mexicanos residentes en el extranjero y ciudadanos de otros países, solidarios con los normalistas secuestrados por las policías de Iguala y Cocula, han realizado distintas acciones de protesta, desde Estados Unidos, Francia y Suiza, hasta Chile, Bolivia, España, Holanda, Alemania, Australia o Brasil.
La clave de esta gran movilización es la participación masiva de los jóvenes, que desde las redes sociales se organizan para convocar a continuas y permanentes manifestaciones, explica López.
“Los jóvenes se han identificado con este grupo de estudiantes humildes que solo querían expresarse con libertad y fueron silenciados. Otro factor es que el ataque fue ordenado por un alcalde y ejecutado directamente por la policía local, lo que refleja perfectamente un caso de corrupción del crimen organizado y sus lazos con los gobernantes”, precisa el periodista.
López destaca la importancia del levantamiento popular y afirma que desde el movimiento estudiantil de 1968, surgido por la ejecución de al menos 50 personas -300 según cifras extraoficiales- por parte de fuerzas gubernamentales, en un hecho conocido como la ‘Matanza de Tlatelolco’, no ha existido un movimiento de tanta relevancia en el país.
Paradójicamente, la desaparición de los estudiantes surge a partir de los preparativos para la conmemoración de la ‘Matanza de Tlatelolco’. El 26 de septiembre pasado alrededor de 80 estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa se trasladaron en autobuses a la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, para recaudar fondos para poder asistir a la marcha conmemorativa que se realizaría en México D.F. Al finalizar su actividad, los jóvenes fueron atacados por policías locales. Se reportó la muerte de 6 personas y la desaparición de 57 estudiantes, de los cuales 14 aparecieron 4 días después, uno de ellos muerto y con signos de tortura. Ellos aseguraron que los policías municipales se llevaron a sus compañeros.
Los 43 normalistas restantes (de entre 18 a 21 años) han sido dados por muertos por la Procuraduría General del Estado, que en un informe reciente indicó que 3 sicarios del cartel Guerrero Unidos confesaron haberlos asesinado y quemado vivos en una hoguera que encendieron durante 14 horas en un basurero de Cocula, en el norte de Guerrero.
“Aunque es de conocimiento internacional que México mantiene un problema de crimen organizado y narcotráfico muy grave, desde hace muchos años no teníamos noticias de un hecho tan doloroso en nuestra historia... Nos conmovió porque era un grupo de jóvenes sanos, con ganas de superarse, que no tenían nexos con el narcotráfico”, menciona López.
Pueblo sediento de justicia
César Díaz Lara, estudiante en Sinaloa de Ciencias Políticas y uno de los manifestantes que respalda las marchas en esta localidad, destaca la participación de los jóvenes en las protestas y advierte que “las manifestaciones no pararán hasta que se haga justicia”.
“Los padres y la población nos negamos a aceptar los informes de la Procuraduría porque se registran muchas imprecisiones en las investigaciones. No pararemos hasta obtener una información con respaldo científico y que esta no sea del gobierno, pues no confiamos en ellos”, especifica Díaz en diálogo con EL TELÉGRAFO.
El joven, de 22 años, señala que a su criterio el Estado mexicano está imposibilitado de cumplir con los ciudadanos, de otorgarles su derecho básico de seguridad y paz, por lo que exigen la salida del presidente Enrique Peña Nieto.
Díaz agradece el ofrecimiento del presidente de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos y fiscal general de Ecuador, Galo Chiriboga, de enviar una delegación de peritos a México para que apoye en las investigaciones sobre la desaparición y probable asesinato de los normalistas.
“Necesitamos un organismo que no esté aliado al gobierno para que realice las investigaciones. Esperemos que los funcionarios mexicanos no les pongan tantas trabas y así poder esclarecer los hechos”, puntualiza Díaz.
Precisamente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio y el procurador general de la República, Jesús Murillo, informaron que ayer se firmó el Convenio de Asistencia Técnica con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para atender los hechos de Iguala y así coadyuvar con las acciones que lleva a cabo el gobierno.
DATOS
El papa Francisco se solidariza con México. El Sumo Pontífice denunció ayer la ‘dramática realidad’ y ‘la criminalidad’ que existe detrás del tráfico de drogas.
Presuntos estudiantes de Morelia incendiaron una de las puertas del edificio central de la Secretaría de Finanzas de gobierno del Estado, según reportaron medios de esa localidad.
La comisión mixta se reunirá mañana. Los familiares de los normalistas confían en que las autoridades les brinden avances en la investigación y un panorama más claro con relación al paradero de los estudiantes.
Unos 500 maestros y estudiantes mexicanos irrumpieron ayer en el Parlamento del convulso estado de Guerrero (sur) e incendiaron la sala de sesiones y la biblioteca, además de quemar cinco vehículos. Los manifestantes destrozaron las oficinas de los diputados y después se dirigieron a la residencia del gobernador del estado.
‘LOS HUESOS NO SON DE LOS 43 NORMALISTAS’
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que estuvo analizando los restos de las primeras 6 fosas encontradas en Cerro Viejo (Guerrero) y los localizados por la Procuraduría General el 7 de noviembre en el basurero de Cocula, asegura que no pertenecen a los 43 normalistas desaparecidos.
Los peritos confirmaron que los restos analizados no corresponden a los 43 estudiantes y aseguraron que seguirán aportando a la resolución del Caso Ayotzinapa, publicó TeleSur.
Mientras tanto, un grupo de maestros prendió fuego al Parlamento del estado de Guerrero (sur) y otro edificio gubernamental, en protesta contra el gobierno. En su tercera jornada seguida de manifestaciones, los docentes atacaron primero la sede de la Contraloría de la Secretaría de Educación en Chilpancingo, capital de Guerrero.
Un grupo de unos 150 miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), la mayoría encapuchados, destrozó las instalaciones de la Contraloría y les prendió fuego, sin que se hayan reportado heridos.
Posteriormente, los manifestantes asaltaron el Parlamento estatal e incendiaron el salón de sesiones, la biblioteca y varias salas. En el exterior también fueron incendiados cinco vehículos. AFP