Al menos 48 personas murieron en 3 atentados en capital iraquí
Tres atentados mataron este martes al menos a 48 personas y dejaron un centenar de heridos en Bagdad, que volvió a demostrar su vulnerabilidad por segunda vez en menos de una semana.
Más de 150 personas, la mayoría civiles, han muerto en la capital iraquí desde el pasado miércoles, en ataques indiscriminados en barrios de mayoría chiita, atribuidos al grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI).
Los atentados demuestran el fracaso de las autoridades, que no consiguen garantizar la seguridad en la vigilada ciudad, a pesar de la ayuda de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que entrena las fuerzas iraquíes.
El ataque más sangriento de la jornada fue cometido por un kamikaze con un coche bomba en el barrio de Sadr City, en el norte de Bagdad, que mató a 24 personas, según fuentes médicas y responsables de seguridad.
Otro atentado mató al menos a 21 personas en el barrio Shaab, también en el norte de Bagdad.
Según el portavoz del ministerio de Interior, ese ataque fue perpetrado por una mujer kamikaze.
El EI, al reivindicar el ataque, aseguró sin embargo que había sido cometido por un hombre, identificado como Abu Jatab al Iraqi, que lanzó granadas antes de hacer estallar su cinturón explosivo.
Los ataques suicidas protagonizados por mujeres son raros en Irak, sobre todo en los últimos años. Uno de los más sangrientos de los últimos años fue llevado a cabo en 2008 en un mercado por dos mujeres con problemas mentales, que al hacer estallar sus explosivos provocaron la muerte de un centenar de personas.
Un año después dos mujeres provocaron una masacre en uno de los lugares santos del chiismo, con un saldo de más de 60 muertos.
Los ataques en Bagdad habían bajado de intensidad en los últimos dos años. En junio de 2014 el EI inició su rápida ofensiva para conquistar territorio, lo que provocó que la violencia se trasladara a frentes de batalla abiertos.
Pero al retomar paulatinamente el control de varias zonas, el ejército iraquí ha vuelto a presionar al EI, que parece adoptar ahora la estrategia de regresar con sus bombas a la capital.
Miles de agentes de seguridad han sido entrenados por las fuerzas militares de Estados Unidos y sus aliados, pero esta nueva oleada de ataques demuestra que la tarea dista de haber tenido éxito.
Los retenes de control provocan enormes atascos en los alrededores de la ciudad, pero su eficacia parece muy limitada. (I)