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141 muertos, en su mayoría niños, en el peor atentado de la historia de Pakistán (Galería)

Esta escuela, cuyos 500 estudiantes tienen entre 10 y 18 años, forma parte de una red de 146 establecimientos para hijos de personal militar. Foto: AFP
Esta escuela, cuyos 500 estudiantes tienen entre 10 y 18 años, forma parte de una red de 146 establecimientos para hijos de personal militar. Foto: AFP
16 de diciembre de 2014 - 12:08 - Redacción y Agencia AFP

El ataque terrorista más sangriento de la historia de Pakistán dejó un total de 141 personas fallecidas, entre ellas 132 niños, según el último balance del Ejército de ese país.

El atentado fue perpetrado este martes por un comando talibán contra una escuela para hijos de militares en Peshawar. Además resultaron heridas 124 personas, de las cuales 121 son menores de edad. 

Según testigos, una fuerte explosión sacudió el establecimiento, tras lo cual los atacantes irrumpieron en el lugar y fueron aula por aula disparando a los estudiantes.

El portavoz del Ejército, el general Asim Bajwa, en una rueda de prensa, sostuvo que "los terroristas empezaron a disparar de forma indiscriminada en cuanto entraron en la escuela, y no tenían ninguna intención de tomar rehenes".

Los asaltantes "llevaban todos chaquetas suicidas (llenas de explosivos), municiones y comida para varios días", añadió el portavoz, que no sabía cuántos fueron abatidos por las fuerzas del orden ni cuántos se hicieron estallar.

Las fuerzas especiales rescataron a más de una decena de estudiantes y personal de la escuela.

"Me quedé lo más quieto que pude y cerré los ojos, esperando que me volvieran a disparar"

Un paquistaní de 16 años contó que vio la muerte "de cerca" y fingió haber fallecido para sobrevivir, cuando los talibanes atacaron el plantel.

Desde su cama, en un hospital de la ciudad, Shahrukh Khan contó que él y sus compañeros estaban en el auditorio del establecimiento cuando ingresaron cuatro hombre armados.

"Alguien nos gritó que nos agachásemos y escondiéramos abajo de las mesas", dijo Khan, agregando que los hombres gritaron "¡Dios es el más grande!" antes de abrir fuego.

"Uno de ellos gritó: Hay muchos chicos debajo de los bancos, vayan a buscarlos", declaró Khan.

"Vi un par de botas negras que venían hacia mí. Ese hombre probablemente estuviera buscando estudiantes escondidos debajo de los bancos", agregó.

Khan sintió mucho dolor cuando le dispararon en ambas piernas justo debajo de la rodilla.

Optó por hacerse el muerto, añadiendo: Doblé mi corbata y me la puse en la boca para no gritar".

"El hombre de botas negras siguió buscando estudiantes y metiéndoles balazos en el cuerpo. Me quedé lo más quieto que pude y cerré los ojos, esperando que me volvieran a disparar", contó.

"Mi cuerpo estaba temblando. Vi a la muerte tan de cerca (...) Nunca me olvidaré de las botas negras acercándose. Tuve la impresión de que era la muerte que se me acercaba", sostuvo.

Mientras su padre, un almacenero, lo consolaba en su cama empapada de sangre, Khan recordó: "Un rato después los hombres se fueron y yo me quedé ahí unos minutos. Luego intenté levantarme, pero me caí al piso como consecuencia de mis heridas".

"Cuando me arrastré hasta el salón siguiente, fue horrible. Vi el cadáver de nuestra secretaria en llamas", afirmó.

"Estaba sentada en la silla con sangre que le chorreaba del cuerpo mientras se quemaba", agregó.

El ataque reivindicado inmediatamente por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), principal grupo islamista del país, es uno de los más sangrientos cometidos en varios años y es muy significativo porque pone como blanco a los hijos de las fuerzas del orden.

- Un blanco débil -

Esta escuela, cuyos 500 estudiantes tienen entre 10 y 18 años, está ubicada en la ruta entre Peshawar y Warsakm y forma parte de una red de 146 establecimientos para hijos de personal militar. Las mujeres de los soldados ejercen a menudo de profesoras.

Mohamed Umar Jorasani, portavoz del TTP, reivindicó el ataque y dijo que los militantes utilizaron a francotiradores y a suicidas.

"Se les ordenó disparar a los estudiantes más mayores, pero no a los niños", afirmó y declaró que el objetivo de la operación era vengar a sus combatientes muertos en la ofensiva militar contra ellos en sus bastiones cerca de Peshawar.

El TTP, principal grupo islamista del país, es una organización cercana a Al Qaida, que se enfrenta al gobierno desde 2007.

Pakistán lleva a cabo una lucha contra los grupos islamistas en sus regiones semiautónomas desde 2004, cuando su Ejército entró en el área para buscar combatientes de Al Qaida que huían de Afganistán ante la presión estadounidense.

Condena internacional

La matanza  ha generado una dura condena internacional. La paquistaní Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz 2014 y sobreviente de un ataque de talibanes, calificó el acto como "atroz y cobarde".

El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, señaló que fue "un despreciable e incomprensible ataque contra niños indefensos".

El Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sostuvo que "es un acto horroroso y de cobardía atacar niños indefensos mientras aprenden".

"Los corazones del mundo están con los padres y familiares que perdieron a sus seres queridos", agregó.

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, indicó que el asesinato de niños inocentes era algo inhumano y en contra del Islam. También se pronunciaron otros mandatarios, entre ellos el presidente estadounidense Barack Obama.

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