El presidente de Siria, Bashar al Asad, denunció que el ataque con agentes químicos contra la ciudad rebelde Jan Sheijun, el pasado 4 de abril, es “un invento al 100%”. Afirmó que solo aceptará una investigación imparcial sobre el presunto bombardeo que le atribuyen a su gobierno.

El mandatario ofreció una entrevista exclusiva a la agencia de noticias AFP en Damasco. Esta es la primera vez que el líder sirio habla tras este “incidente” que dejó 87 muertos y provocó una represalia por parte de Estados Unidos y tensó las relaciones con su aliado estratégico, Rusia.

Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Organización No Gubernamental (ONG) establecida en Reino Unido, este ataque -supuestamente gubernamental- mató a civiles en esa ciudad que está en manos de rebeldes del noroeste.

“Nuestra impresión es que Occidente, principalmente Estados Unidos (...), es cómplice de los terroristas y montó toda esta historia para que sirviera de pretexto al ataque” estadounidense -que fue emitido supuestamente como respuesta el pasado 7 de abril- contra una base aérea del régimen sirio, agregó el gobernante del país de Oriente Medio.

Al Asad, quien está en el poder hace 17 años y cuyo país ha quedado devastado por más de seis años de guerra, aseguró que el bombardeo ordenado por el presidente estadounidense, Donald Trump, no ha mermado su potencia de fuego, pero no descartó que pueda haber más. El lanzamiento de 70 misiles estadounidenses es la primera intervención de su país contra Siria, desde que inició la guerra en 2011.

“Nuestra potencia de fuego, nuestra capacidad de atacar a los terroristas no resultó afectada por este bombardeo”, detalló.

Teoría del uso de armas químicas

Al Asad insistió en que sus fuerzas armadas ya no poseen armas químicas. “Hace varios años, en 2013, renunciamos a todo nuestro arsenal (...)  incluso si tuviéramos dichas armas nunca las habríamos usado”.

Siria se unió a la Convención sobre la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) después de que centenares de personas fueron víctimas de un brutal ataque químico en el barrio Guta Oriental. Este fue el resultado de un acuerdo entre Moscú y Washington y permitió evitar la intervención militar de Estados Unidos en Siria en 2013.

Las armas químicas fueron retiradas del territorio sirio y la OPAQ anunció su total destrucción en enero de 2016.

La teoría del gobernante es que la información sobre el ataque vino de un “brazo de Al Qaeda”, refiriéndose a una antigua filial de la red yihadista que ahora forma parte de los grupos que controlan la provincia siria Idlib, donde se encuentra Jan Sheijun y que intentan derrocarlo del poder.

Asimismo, habló sobre las imágenes de niños con convulsiones tras el ataque químico y que han conmocionado al mundo. Al Asad insistió en que “no está claro si ha ocurrido o no, porque ¿cómo se puede verificar un video? Ahora hay un montón de videos falsos” circulando.

Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que realizaron autopsias a las víctimas en un hospital turco afirmaron que los cuerpos tenían señas de estar afectados por un agente nervioso, el gas sarín, el mismo agente químico usado en el ataque de 2013.

Gobierno pide una investigación imparcial

Al Asad explicó que van “a trabajar (con los rusos) en pro de una investigación internacional. Pero debe ser imparcial. “Solo podemos permitir una investigación si es imparcial y asegurándonos de que países imparciales participen en ella, para estar seguros de que no se use con fines políticos”, especificó.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAC) abrió una investigación sobre el presunto ataque.

No obstante, Al Asad afirmó que Estados Unidos no es “serio” en la búsqueda de una solución política para Siria, y lo acusó de utilizar el proceso de (paz) Ginebra para ayudar a los rebeldes que pierden terreno frente al régimen. “Quieren utilizar el proceso político como un paraguas para los terroristas”, concluyó.

La relación de EE.UU. y Rusia

La crispación entre estadounidenses y rusos fue palpable en la primera visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a Moscú, donde el miércoles se reunió con el presidente Vladimir Putin y con su homólogo, Serguei Lavrov.

Tillerson lamentó el “bajo nivel de confianza” entre los dos países. “Actualmente no nos entendemos para nada con Rusia”, reconoció Donald Trump en Washington, e indicó que la relación ha tocado “quizás un mínimo” histórico. Sin embargo, ayer matizó diciendo que las cosas con Rusia “van a arreglarse”.

Putin consideró, por su parte, que las relaciones se deterioraron desde que llegó Trump a la Casa Blanca.

En otra muestra de la división internacional sobre Siria, Rusia vetó el miércoles un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentado por Estados Unidos, Reino Unido y Francia que pedía una investigación sobre Jan Sheijun.

Es la octava vez que Moscú bloquea una acción de la ONU contra su aliado sirio. (I)

DATOS

Al Asad, de 51 años, preside Siria desde 2000, tras la muerte de su padre que dirigió el país, con mano de hierro, durante tres décadas.

El conflicto en Siria inició en marzo de 2011. El caos surgió con la denominada Primavera Árabe que nació en esta región en 2010. Su objetivo fue derrocar a los gobiernos autocráticos.

La Primavera Árabe tuvo éxito en Yemen, Túnez y Egipto, pero no en Libia y Siria, donde los gobiernos se negaron a abandonar el poder, lo que llevó a sus opositores al nacimiento de los grupos terroristas. (I)