La empresa alemana Adidas decidió vender los zapatos que tenía en bodega por un valor de USD 1.300'000.000 y donar parte de las ganancias a fundaciones.

Debido a unas declaraciones antisemitas, la empresa cortó los lazos comerciales con el rapero Kanye West. Y aquello significó que se dejen de vender los zapatos Yeezy.

Estos zapatos, que eran los más vendidos por la marca, se quedaron en bodega por varios meses y el cuerpo directivo barajó tres posibilidades: donarlos, destruirlos o seguirlos vendiendo.

La primera opción fue descartada porque era un paso indirecto para que vuelvan al mercado, desde otras manos. En lo económico les hubiese permitido reducir la carga fiscal.

Destruirlos significaba un gran golpe para su economía, por lo que decidieron venderlos y compensar a los grupos insultados por West mediante donaciones a fundaciones destinadas a esa lucha.

El presidente ejecutivo de Adidas, Bjorn Gulden, reconoció que este movimiento será el de menor impacto, aunque también deberán pagar regalías al rapero.

En 2022, esas zapatillas significaron el 10% del ingreso mundial de la marca, a pesar de que el problema con West se dio en octubre.