Ada Colau, la activista que aspira a ser la primera alcaldesa de Barcelona

Por Fabien Palem

Cuando se sube al escenario de un mitin, alza la mirada y dice, inequívoca: “Queremos hacer de Barcelona una capital del cambio”. Este cambio lo quieren completo: no más desahucios, no más desigualdad, no más corrupción ni distancia entre los gobernantes y la ciudadanía.

El próximo 24 de mayo, quizás sea la primera alcaldesa de la historia de Barcelona. Ada Colau, 41 años, representará Barcelona en Comú (nombre en catalán) en las elecciones municipales de la segunda ciudad del estado español. Varias de las últimas encuestas la dan ganadora frente a Xavier Trias, el alcalde saliente, y su partido Convergencia Democrática de Catalunya (CDC, partido de tendencia liberal y soberanista).

Esta formación plural, surgida de una iniciativa ‘ciudadana’, reúne en su seno diversos movimientos de izquierdas sociales y ecologistas. No es casualidad si, el 15 de mayo, se publica en la cuenta de Twitter de Barcelona en Comú: “Nos sentimos hijos del 15-M”, en referencia al movimiento de los Indignados, del cual nació Podemos. El partido liderado por Pablo Iglesias tiene un peso importante en la coalición de Ada Colau.

“Por su generosidad, su valentía y su compromiso social, es la alcaldesa que necesita nuestra ciudad”, halaga Gerardo Pisarello, el N° 2 de la lista municipal, un argentino llegado a Cataluña durante la crisis de su país (2001). “Sería un cambio mayor tener de alcaldesa a una mujer que viene de la clase popular”, añade este doctor en derecho, cuyo nivel de catalán le permite pasar muy desapercibido en su país de adopción.

Contra los desahucios

Sin la experiencia de la profunda crisis que atravesó España a partir de 2008, quizás no existirían este tipo de propuestas electorales. Se podría considerar que la candidata Ada Colau nació en ese momento cuando, en 2009, con otros compañeros, fundan la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Barcelona. Hasta mayo de 2014, la joven activista será portavoz de este movimiento social involucrado contra los numerosos desahucios, en defensa de los sin defensa. En aquel entonces, su especialidad eran los ‘escraches’, estas manifestaciones breves y ruidosas, dirigidas personalmente a responsables del ámbito político y económico-financiero, designados como culpables de los desalojamientos.

Con Barcelona en Comú, la activista Ada dejó de lado los ‘escraches’ para acercarse a la contienda electoral. Pero su pasado de activista la persigue, y sus opositores tratan de presentarla como una persona (potencialmente) violenta y antidemócrata. Durante los enfrentamientos televisivos con periodistas de renombre, Ada no pierde la calma. Tampoco suelta un tuteo, para guardar distancia.

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Dentro de su formación política, algunos la comparan con Frodo, el héroe de El señor de los anillos. Porque sería capaz de llevar el anillo sin corromperse (anécdota contada en el minuto 9 de una entrevista con eldiario.es). Esta metáfora no le disgusta a la candidata, ya que su formación pretende precisamente “juntar a gente diferente”, o sea, para seguir con la metáfora: “guapos, feos, altos, bajos, enanos y entre todos intentar controlar el anillo del poder”.

Ada insiste sobre “lo colectivo”. Pero, mal o bien, el juego mediático impone una cierta personalización. Si asumiera el cargo de alcaldesa al final de este mes, ¿podría seguir con esta forma de ver la política? “Con su trayectoria, su currículum, su mochila de experiencias en liderazgos sociales, ella puede simbolizar esta nueva forma de entender la defensa de lo público, que no se agote en lo institucional”, considera Joan Subirats, catedrático en Ciencia Política, especialista en el análisis de políticas públicas, que participó en los primeros debates ciudadanos, previos a la creación de Barcelona en Comú, dentro de la plataforma Guanyem (Ganemos). Si este proyecto logra conquistar las instituciones, deberá fomentar la participación del 1,6 millón de barceloneses en la vida política.

Derecho a decidir

Ganar Barcelona es también estar al mando de la capital de Cataluña, una comunidad autónoma del Estado español que reclama por su independencia. “Yo nunca he sido independentista, pero nuestra formación reúne gente que lo es”, recuerda la candidata. “Estamos a favor del derecho a decidir, para que sean los catalanes quienes elijan sobre su propio futuro”, resume. Para plantearse frente a este tema imprescindible dentro del debate político catalán, Barcelona en Comú cuenta con el apoyo del Procés Constituent, un movimiento social independentista y anticapitalista, creado en abril de 2013.

Tantos retos que se le presentaría a esta coalición de izquierdas. Hasta llegar a la alcaldía, no hay mejor forma de esperar que con alegría. A pesar de la dureza de la campaña, la de Ada Colau no parece haber disminuido. Entre dos mítines, tampoco pierde su sentido del ritmo, tal como lo demuestra su actuación en ‘El run run’, una rumba catalana dedicada al ‘bien común’. Veremos si el resultado final no le dará un tropezón. (I)